Según parece, tras la derrota de Misiones (donde la lista opositora estuvo liderada por el ex obispo Joaquín Piña, con la bendición del cardenal Jorge Bergoglio y la desautorización del Papa Benedicto XVI), el oficialismo quiere recomponer sus relaciones con la Iglesia. Se habla de eso en esta nota del diario La Nación. La impulsora de la reconciliación es Cristina Fernández de Kirchner. CFK casi con seguridad será candidata a presidenta en el 2007, y quiere terminar un enfrentamiento con el que nunca estuvo muy de acuerdo.
La reconciliación en sí no me parece mala. La pelea entre el kirchnerismo y la Iglesia era gratuita e inútil. Pero no me gustaría que, para conseguir la "absolución" de la Iglesia, el gobierno les entregue el Protocolo de Cedaw Contra Todas las Formas de Discriminación de la Mujer -espero que ese sea el nombre correcto-, que la Iglesia desaprueba por considerar que abriría la puerta a la despenalización del aborto (dado que no soy jurista, no puedo opinar sobre ese punto), como ofrenda de paz. En la nota de La Nación se dice que los jerarcas de la Iglesia, si bien estarían dispuestos a hacer las paces con los Kirchner, piensan que hay una contradicción entre querer acercarse a la Iglesia e impulsar la aprobación del Protocolo. Y de ahí a pedirle al kirchnerismo que de marcha atrás con el Protocolo como prueba de sus buenas intenciones, hay solo un paso.
No me sorprendería que la Iglesia lo diera. En los '90 demostraron muy bien su doblez: si bien desaprobaban la corrupción del gobierno menemista y el aumento de los índices de pobreza producto de su política económica, nunca criticaron a Menem con demasiada dureza hasta los últimos años de su reinado. ¿Por qué? Pues porque Menem se alineó con la postura antibortista de la Iglesia en los foros internacionales. Puede decirse que el menemismo tuvo dos relaciones carnales en los '90: con EUA y con el Vaticano.
En cualquier caso, espero que el kirchnerismo no haga la misma tranza sórdida con los curas que hizo Menem.
La reconciliación en sí no me parece mala. La pelea entre el kirchnerismo y la Iglesia era gratuita e inútil. Pero no me gustaría que, para conseguir la "absolución" de la Iglesia, el gobierno les entregue el Protocolo de Cedaw Contra Todas las Formas de Discriminación de la Mujer -espero que ese sea el nombre correcto-, que la Iglesia desaprueba por considerar que abriría la puerta a la despenalización del aborto (dado que no soy jurista, no puedo opinar sobre ese punto), como ofrenda de paz. En la nota de La Nación se dice que los jerarcas de la Iglesia, si bien estarían dispuestos a hacer las paces con los Kirchner, piensan que hay una contradicción entre querer acercarse a la Iglesia e impulsar la aprobación del Protocolo. Y de ahí a pedirle al kirchnerismo que de marcha atrás con el Protocolo como prueba de sus buenas intenciones, hay solo un paso.
No me sorprendería que la Iglesia lo diera. En los '90 demostraron muy bien su doblez: si bien desaprobaban la corrupción del gobierno menemista y el aumento de los índices de pobreza producto de su política económica, nunca criticaron a Menem con demasiada dureza hasta los últimos años de su reinado. ¿Por qué? Pues porque Menem se alineó con la postura antibortista de la Iglesia en los foros internacionales. Puede decirse que el menemismo tuvo dos relaciones carnales en los '90: con EUA y con el Vaticano.
En cualquier caso, espero que el kirchnerismo no haga la misma tranza sórdida con los curas que hizo Menem.
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