La casa es un libro que no puede ser comprendido cabalmente fuera del contexto histórico-político en el cual fue escrito. Mujica Láinez escribió la novela entre enero y agosto de 1953. Eva Duarte de Perón había muerto el año anterior, y el gobierno de su viudo Juan Perón comenzaba su decadencia.
En La casa, Mujica Láinez cuenta la historia de una vieja casa señorial construida a fines del siglo XIX. La narradora es la propia casa, lo cual no es novedad en la obra de "Manucho", en la que los objetos inanimados muchas veces tienen ese rol, al haber sido testigos de hechos importantes. Así, en uno de los cuentos de Misteriosa Buenos Aires, el narrador era una novela francesa que iba pasando de mano en mano, y en la novela El escarabajo, la narración estaba a cargo de un escarabajo egipcio de lapislázuli fabricado en tiempos de Ramsés II, que era poseído, entre otros, por la reina Nefertari, el dramaturgo Aristófanes, el poeta Helvio Cinna, por uno de los asesinos (ficticio) de Julio César, por uno de los Siete Durmientes de Efeso, por un sobrino de Carlomagno, un hermano de Marco Polo, un amante de Miguel Ángel, etc.
En cualquier caso, la casa nos va narrando los acontecimientos que la llevan a su abandono y demolición. Al principio, la residencia era poseída por don Francisco, un senador influyente que conocía a toda la alta sociedad de Buenos Aires. Al morir el senador, la casa pasa a manos de su hijo mayor Gustavo, otro gran señor que conserva intacto el prestigio y el status de su familia (y con ello, de la casa). Son años dorados, que la casa recuerda con nostalgia. Pero cuando muere Gustavo, el nuevo dueño de la casa es su hermano menor Benjamín, un hombre mediocre que sólo se preocupa por conseguir el título de propiedad, pero no de "hacerlo valer". Y lo que es peor, Benjamín es dominado por dos mucamas, Rosa (que es además su amante) y su hermana Zulema. Cuando Benjamín pasa a mejor vida, las hermanas se convierten en poseedoras del edificio, con tristes resultados.
Es evidente que Mujica Láinez imagina a la casa como una metáfora del país, que fue construido por el "patriciado" y arruinado por los "plebeyos" peronistas. En ese sentido, Rosa y Zulema representan con claridad a Eva Perón, la bestia negra de los antiperonistas de clase alta, que la odiaban mucho más que al propio Perón. Rosa es Eva antes de conquistar el poder: una mujer que utiliza el sexo para alcanzar posiciones a las que, por su nacimiento, no tenía derecho. Zulema es la Eva poderosa de 1946-1952, una mujer -desde el punto de vista de la oligarquía- tiránica, calculadora y despiadada, pero al mismo tiempo torpe e incapaz de dirigir el país (o la casa). Incluso el constraste entre la seductora Rosa y la varonil Zulema es reflejo del cambio físico que se produjo entre la actriz Eva Duarte y la Primera Dama Eva Perón.
Pero hay un detalle que no se puede obviar: el ascenso de Zulema y Rosa al poder se produce no en los años '40 (al mismo tiempo que el ascenso del peronismo), sino en los años '30 (cuando el país estaba en manos de los conservadores, que lo dominaban a través del "fraude patriótico"). El mensaje es claro: fue la incompetencia y mediocridad de las clases dirigentes tradicionales (Benjamín) la que le abrió el camino al peronismo (Zulema y Rosa).
Considero a La casa una novela recomendable, tanto por su valor literario como por su importancia a la hora de definir el pensamiento del "patriciado" antiperonista durante la "tiranía" de Perón.
8 comentarios:
Estaba recomendando este libro en otro blog, y buscaba una breve reseña. De esa manera te encontré.
Me encantó tu sintesis. Muy acertada la interpretación.
Junto con Misteriosa Buenos Aires, uno de mis libros preferidos.
Saludos,
Abelardo Castillo hace un muy interesante análisis de "La casa" en su libro "Desconcideraciones", vale la pena leerlo para interpretar de manera más acabada la lectura política que podría hacerse de esta obra.
Hola Martin, precisaria comunicarme contigo porque me gustaria utilizar tu interpretacion en mi tesis de doctorado. Te dejo mi dire de mail: jdunstan@b-smart.com
Si no, podrias postear una dire de mail asi te escribo? Muchas gracias!
Mujica Laínez pertenece a la misma generación que Sabato, Cortázar y Bioy Casares. La casa, de la novela nace en 1885, y su historia termina en el 30 y pico. Que Mujica Lainez decida que la voz de la casa empiece a narrar a los 68 años, en el momento de su demolición, no deja de ser otra broma. Dante, a quien Mujica Lainez cita mucho, se refería a las cuatro lecturas: la lectura literal, la lectura moral, la lectura anagógica y la lectura simbólica –que él denominaba alegórica–. La casa fue leída siempre de una manera literal. La fecha en que fue escrita (entre febrero y agosto de 1953) contribuyó a que se la considerara una denostación del peronismo y el ascenso de las clases populares –los que se convierten en dueños de la casa son una puta, un malevo y dos mucamas–. Pero lo que no se advirtió suficientemente es que la edad de la casa permite abarcar un ciclo que va desde finales de los 80 del siglo pasado hasta avanzados los 30 del actual. Las dos grandes crisis. La casa deja de ser la casa aristocrática, por llamarla así, durante la década infame. Ahí empieza su decadencia: en 1934, después de la revolución de Uriburu. El último dueño real de la casa se la cede a Rosa, mucama que es amante de Efraín desde hace doce años. Deliberadamente, La casa termina en la década del 30. Pero como Mujica Lainez la publicó en el año 54, siempre se hizo una lectura antiperonista; aunque en realidad la novela se refiere muy claramente a la caída del patriciado argentino después de la crisis del 30
Motherfuckerrrs!! yo quiero el puto resumen d los capitulosss, gracias x nada, pd: goku existe
Joputaaa yo queria resumen no esta basura vegetta777 es crack y el q escribio se la comeeeeee
La decadencia del gobierno de Perón? Si mal no recuerdo lo sacaron a bombazos de la casa rosada y acto siguiente abrieron con todo las importaciones y destruyeron toda la industria inminente y la que ya se había desarrollado. Comenzaron las villas miseria con esos trabajadores que habían sido echados de las fábricas y la decadencia más absoluta de un país colonizado permanentemente desde sus comienzos.
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