
La película adopta un punto de vista bastante irónico al hablar tanto de las tabacaleras (representadas por El Capitán, un anciano “barón” del tabaco interpretado por Robert Duvall, que trata a Naylor casi como el hijo que nunca tuvo) como de los políticos y los grupos de presión que luchan contra el cigarrillo, personificados en el senador Finistirre (William H. Macy).
Las escenas más graciosas se dan entre Naylor, una lobbista que trabaja a favor de las empresas de bebidas alcohólicas (María Bello) y otro que lo hace a favor de las empresas fabricantes de armas de fuego. Se autodenominan “los Mercaderes de la Muerte”, y compiten sobre cuál de los productos que representan causa más bajas. Y las más interesantes, entre Naylor y su hijo (interpretado por Cameron Bright), que lo admira y que intenta imitar su labia.
Hay un detalle llamativo del film: si bien se habla constantemente de fumar, nadie lo hace en pantalla y ni siquiera se ven cigarrillos (aunque sí aparecen en las escenas borradas y en el final alternativo que se pueden ver en el DVD).´
Gracias por fumar es una de las películas más graciosas que he visto últimamente, y por eso la califico con un 9.


Gracias por fumar es una de las películas más graciosas que he visto últimamente, y por eso la califico con un 9.
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