Leonor de Aquitania fue una de las mujeres más poderosas e interesantes de la Edad Media. Nació en 1122, hija de Guillermo X, duque de Aquitania. Su abuelo, Guillermo IX, fue un famoso príncipe que combinó su carácter de guerrero con el de trovador y poeta.
Guillermo X quería muchísimo a Leonor, y se ocupó de que recibiera la mejor educación posible. Tras la muerte de su hermanito Guillermo, Leonor se convirtió en la heredera del ducado, uno de los más ricos y extensos de Francia y de Europa en general. Y al morir su padre (supuestamente envenenado), Leonor pasó a ser la nueva duquesa de Aquitania con solo 15 años de edad.
Guillermo había designado al rey de Francia Luís VI como tutor de Leonor, esperando que pudiera protegerla de los muchos príncipes europeos que querrían casarse con ella por la fuerza. Luís VI la protegió de esos príncipes… casándola por la fuerza con su propio hijo Luís, de 17 años. Así, esperaba que las tierras del ducado de Aquitania pasaran a manos de la Corona francesa. El matrimonio se celebró el 22 de junio de 1137.
A la muerte de Luís VI en agosto del mismo año, Luís y Leonor pasaron a ser reyes de Francia. Las relaciones entre ellos no eran buenas; Luís VII era un hombre muy devoto y puritano, mientras que Leonor era mucho más liberal (lo cual en esos años era visto como libertinaje). La falta de un heredero varón -Leonor sólo había tenido una hija, María, en 1145- añadía más tensiones. Pero lo que causó la ruptura entre ambos fue la Segunda Cruzada que Luís proclamó en 1145.
Guillermo X quería muchísimo a Leonor, y se ocupó de que recibiera la mejor educación posible. Tras la muerte de su hermanito Guillermo, Leonor se convirtió en la heredera del ducado, uno de los más ricos y extensos de Francia y de Europa en general. Y al morir su padre (supuestamente envenenado), Leonor pasó a ser la nueva duquesa de Aquitania con solo 15 años de edad.
Guillermo había designado al rey de Francia Luís VI como tutor de Leonor, esperando que pudiera protegerla de los muchos príncipes europeos que querrían casarse con ella por la fuerza. Luís VI la protegió de esos príncipes… casándola por la fuerza con su propio hijo Luís, de 17 años. Así, esperaba que las tierras del ducado de Aquitania pasaran a manos de la Corona francesa. El matrimonio se celebró el 22 de junio de 1137.
A la muerte de Luís VI en agosto del mismo año, Luís y Leonor pasaron a ser reyes de Francia. Las relaciones entre ellos no eran buenas; Luís VII era un hombre muy devoto y puritano, mientras que Leonor era mucho más liberal (lo cual en esos años era visto como libertinaje). La falta de un heredero varón -Leonor sólo había tenido una hija, María, en 1145- añadía más tensiones. Pero lo que causó la ruptura entre ambos fue la Segunda Cruzada que Luís proclamó en 1145.
Leonor consiguió acompañar a Luís a la Cruzada, no simplemente como su esposa sino en su carácter de duquesa, jefa de un contingente de tropas aquitanas. Proclamó su participación en la Cruzada en Vèlezai, que se supone que es el lugar donde fue enterrada María Magdalena.
La Segunda Cruzada de todos modos fue un fiasco a causa de la incompetencia de Luís VII como general. Fue también el principio del fin de su matrimonio. Durante su estadía en Constantinopla, como huésped del emperador bizantino Manuel I, Leonor fue muy admirada por su belleza, su osadía y por sus buenos modales, mientras que Luís fue visto con desconfianza. La reina de Francia fue comparada con Pentesilea, la reina de las amazonas. Y parece ser que llegó a aparecer frente a los soldados y nobles vestida con una vaporosa túnica bizantina que dejaba muy poco a la imaginación.
Otra cosa que levantó sospechas fue la estrecha relación entre Leonor y su tío Raimundo, conde de Antioquia, sólo 7 años mayor que ella, a quien la reina no había visto desde su infancia. Casi todos en su momento creyeron que los dos mantenían una relación incestuosa, lo que pareció confirmarse cuando Luís decidió viajar a Jerusalén y Leonor quiso quedarse con su tío en Antioquia; el rey francés debió llevarla consigo por la fuerza.
La guerra santa terminó cuando los cruzados atacaron a uno de sus propios aliados en Oriente Medio, la ciudad de Damasco. Al fracasar su invasión, los "defensores de la fe" se refugiaron en Jerusalén y luego volvieron a Europa. Leonor y Luís viajaron en barcos separados.
Luís y Leonor estaban en la corte del rey Rogelio de Sicilia cuando recibieron la noticia de que Raimundo de Antioquia había muerto en una batalla contra los sarracenos. Convencida de que la ayuda militar que Luís le había negado hubiera impedido su muerte, Leonor decidió buscar la anulación de su matrimonio y viajó a Túsculo para solicitarla al Papa.
Eugenio III, en vez de anular la unión, obligó a Leonor a compartir su lecho con Luís. Tenía la esperanza de que el nacimiento de un hijo terminaría por reconciliar a la pareja real. Esa esperanza fue vana, pues el fruto de esa unión fue una segunda hija, Alix. Presionado por muchos de sus barones, que no soportaban a Leonor como reina, y preocupado por la falta de un heredero varón, Luís debió ceder y pedir él también al Papa que pusiera fin a su matrimonio. Eugenio III accedió de mala gana y el 21 de marzo de 1152, con el pretexto de que los conyugues eran primos en tercer grado, el matrimonio entre Luís VII de Francia y Leonor de Aquitania fue anulado.
Ahora Leonor ya no era reina de Francia, pero seguía siendo duquesa de Aquitania, una posición muy envidiable. Mientras viajaba a Poitiers, la capital del ducado, dos nobles intentaron secuestrarla y casarse con ella por la fuerza (pues, como conté en el texto sobre María Estuardo, un hombre tenía derecho a casarse con una mujer que hubiera raptado y violado). Pero Leonor ya había elegido a su nuevo marido: Enrique Plantagenet, duque de Normandía y conde de Anjou, con quien se casó el 18 de mayo, menos de 2 meses después de finalizar su primer matrimonio. Esta segunda unión de Leonor fue muy polémica: en primer lugar por la diferencia de edad entre los novios (Enrique tenía 19 años y Leonor, 30). En segundo lugar, porque la consanguinidad entre Enrique y Leonor era mucho más estrecha que entre Luís y ella. De hecho, años antes, un proyecto para casar a Enrique con María, la hija de Leonor y Luís, había sido abandonado por considerar que su parentesco era demasiado cercano. En tercer lugar, porque entre los muchos amantes que se le atribuían a Leonor estaba Godofredo de Anjou, padre de Enrique.
En 1154 Leonor logró recuperar su rango de reina, cuando al morir el rey Esteban de Inglaterra su nuevo esposo lo sucedió con el nombre de Enrique II. Enrique era ahora el uno de los hombres más poderosos de Europa: rey de Inglaterra, duque de Normandía, conde de Anjou y duque consorte de Aquitania. Tantas posesiones llevaron a que los historiadores hablaran posteriormente de un Imperio Angevino.
El matrimonio fue al principio muy feliz y fructífero: en los primeros 14 años juntos, Enrique y Leonor tuvieron 5 hijos y 3 hijas: Guillermo en 1153, Enrique en 1155, Matilda en 1156, Ricardo en 1157, Godofredo (Geoffrey) en 1158, Leonor en 1161, Juana en 1165 y Juan en 1167; todos ellos salvo Guillermo llegaron a la adultez. Leonor perdonaba las infidelidades de Enrique e incluso llegó a criar a Godofredo de York, hijo ilegítimo de su esposo con una prostituta, junto a sus propios hijos.
El motivo de la ruptura de ambos fue el excesivamente apasionado romance que Enrique inició con la joven Rosamund Clifford en 1166. Aparentemente Enrique estaba tan enamorado de ella que en un momento pensó en pedir la anulación de su matrimonio con Leonor para poder casarse con Rosamund. Tras el nacimiento de su último hijo, Leonor se separó de Enrique y se fue a vivir a su corte en Poitiers.
En marzo de 1173, el príncipe Enrique, de 18 años, se rebeló contra su padre con el apoyo de Luís VII. Leonor y sus hermanos Ricardo y Godofredo, que vivían en Poitiers con ella, también lo apoyaron. Leonor emprendió viaje a París, pero fue arrestada por hombres de su marido, que la recluyó en Inglaterra.
Leonor permaneció encarcelada hasta 1189. Durante ese tiempo, Enrique II y sus hijos estuvieron en un estado de guerra casi constante. Tres de sus hijos murieron mientras ella estaba en cautiverio: Enrique en junio de 1183, Godofredo en agosto de 1186 y Matilda en junio de 1189. En julio del mismo año murió Enrique II y su hijo Ricardo se convirtió en Ricardo I de Inglaterra, más conocido como “Ricardo Corazón de León”. Su primer acto como rey fue ordenar la liberación de su madre, de quien siempre había sido su hijo favorito.
Leonor fue la mujer más poderosa de Inglaterra durante el reinado de su hijo. Durante las frecuentes ausencias de Ricardo, ella gobernó el país como regente, y cuando él cayó prisionero del emperador de Alemania, ella viajó personalmente para lograr su liberación.
Tras la muerte de Ricardo en 1199, su hermano menor Juan -el famoso Juan Sin Tierra- se convirtió en rey y Leonor conservó su influencia. En 1200 Leonor viajó a Castilla en una misión diplomática. Juan y Felipe II de Francia habían decidido establecer una alianza familiar casando a una sobrina de Juan con Luís, el hijo y heredero de Felipe. La hermana de Juan, Leonor, se había casado con el rey Alfonso VIII de Castilla y había tenido varias hijas. Juan envió a su madre para elegir a una de esas hijas para que fuera la nuera del rey francés. Así Leonor, que no había podido lograr que su hija María fuera reina de Francia a causa del nacimiento de Felipe II, consiguió que su nieta Blanca de Castilla fuera reina a la muerte de Felipe.
Leonor murió en 1204 en la Abadía de Fontevrault, habiendo sobrevivido a todos sus hijos salvo Juan, Juana y Leonor.
La Segunda Cruzada de todos modos fue un fiasco a causa de la incompetencia de Luís VII como general. Fue también el principio del fin de su matrimonio. Durante su estadía en Constantinopla, como huésped del emperador bizantino Manuel I, Leonor fue muy admirada por su belleza, su osadía y por sus buenos modales, mientras que Luís fue visto con desconfianza. La reina de Francia fue comparada con Pentesilea, la reina de las amazonas. Y parece ser que llegó a aparecer frente a los soldados y nobles vestida con una vaporosa túnica bizantina que dejaba muy poco a la imaginación.
Otra cosa que levantó sospechas fue la estrecha relación entre Leonor y su tío Raimundo, conde de Antioquia, sólo 7 años mayor que ella, a quien la reina no había visto desde su infancia. Casi todos en su momento creyeron que los dos mantenían una relación incestuosa, lo que pareció confirmarse cuando Luís decidió viajar a Jerusalén y Leonor quiso quedarse con su tío en Antioquia; el rey francés debió llevarla consigo por la fuerza.
La guerra santa terminó cuando los cruzados atacaron a uno de sus propios aliados en Oriente Medio, la ciudad de Damasco. Al fracasar su invasión, los "defensores de la fe" se refugiaron en Jerusalén y luego volvieron a Europa. Leonor y Luís viajaron en barcos separados.
Luís y Leonor estaban en la corte del rey Rogelio de Sicilia cuando recibieron la noticia de que Raimundo de Antioquia había muerto en una batalla contra los sarracenos. Convencida de que la ayuda militar que Luís le había negado hubiera impedido su muerte, Leonor decidió buscar la anulación de su matrimonio y viajó a Túsculo para solicitarla al Papa.
Eugenio III, en vez de anular la unión, obligó a Leonor a compartir su lecho con Luís. Tenía la esperanza de que el nacimiento de un hijo terminaría por reconciliar a la pareja real. Esa esperanza fue vana, pues el fruto de esa unión fue una segunda hija, Alix. Presionado por muchos de sus barones, que no soportaban a Leonor como reina, y preocupado por la falta de un heredero varón, Luís debió ceder y pedir él también al Papa que pusiera fin a su matrimonio. Eugenio III accedió de mala gana y el 21 de marzo de 1152, con el pretexto de que los conyugues eran primos en tercer grado, el matrimonio entre Luís VII de Francia y Leonor de Aquitania fue anulado.
Ahora Leonor ya no era reina de Francia, pero seguía siendo duquesa de Aquitania, una posición muy envidiable. Mientras viajaba a Poitiers, la capital del ducado, dos nobles intentaron secuestrarla y casarse con ella por la fuerza (pues, como conté en el texto sobre María Estuardo, un hombre tenía derecho a casarse con una mujer que hubiera raptado y violado). Pero Leonor ya había elegido a su nuevo marido: Enrique Plantagenet, duque de Normandía y conde de Anjou, con quien se casó el 18 de mayo, menos de 2 meses después de finalizar su primer matrimonio. Esta segunda unión de Leonor fue muy polémica: en primer lugar por la diferencia de edad entre los novios (Enrique tenía 19 años y Leonor, 30). En segundo lugar, porque la consanguinidad entre Enrique y Leonor era mucho más estrecha que entre Luís y ella. De hecho, años antes, un proyecto para casar a Enrique con María, la hija de Leonor y Luís, había sido abandonado por considerar que su parentesco era demasiado cercano. En tercer lugar, porque entre los muchos amantes que se le atribuían a Leonor estaba Godofredo de Anjou, padre de Enrique.
En 1154 Leonor logró recuperar su rango de reina, cuando al morir el rey Esteban de Inglaterra su nuevo esposo lo sucedió con el nombre de Enrique II. Enrique era ahora el uno de los hombres más poderosos de Europa: rey de Inglaterra, duque de Normandía, conde de Anjou y duque consorte de Aquitania. Tantas posesiones llevaron a que los historiadores hablaran posteriormente de un Imperio Angevino.
El matrimonio fue al principio muy feliz y fructífero: en los primeros 14 años juntos, Enrique y Leonor tuvieron 5 hijos y 3 hijas: Guillermo en 1153, Enrique en 1155, Matilda en 1156, Ricardo en 1157, Godofredo (Geoffrey) en 1158, Leonor en 1161, Juana en 1165 y Juan en 1167; todos ellos salvo Guillermo llegaron a la adultez. Leonor perdonaba las infidelidades de Enrique e incluso llegó a criar a Godofredo de York, hijo ilegítimo de su esposo con una prostituta, junto a sus propios hijos.
El motivo de la ruptura de ambos fue el excesivamente apasionado romance que Enrique inició con la joven Rosamund Clifford en 1166. Aparentemente Enrique estaba tan enamorado de ella que en un momento pensó en pedir la anulación de su matrimonio con Leonor para poder casarse con Rosamund. Tras el nacimiento de su último hijo, Leonor se separó de Enrique y se fue a vivir a su corte en Poitiers.
En marzo de 1173, el príncipe Enrique, de 18 años, se rebeló contra su padre con el apoyo de Luís VII. Leonor y sus hermanos Ricardo y Godofredo, que vivían en Poitiers con ella, también lo apoyaron. Leonor emprendió viaje a París, pero fue arrestada por hombres de su marido, que la recluyó en Inglaterra.
Leonor permaneció encarcelada hasta 1189. Durante ese tiempo, Enrique II y sus hijos estuvieron en un estado de guerra casi constante. Tres de sus hijos murieron mientras ella estaba en cautiverio: Enrique en junio de 1183, Godofredo en agosto de 1186 y Matilda en junio de 1189. En julio del mismo año murió Enrique II y su hijo Ricardo se convirtió en Ricardo I de Inglaterra, más conocido como “Ricardo Corazón de León”. Su primer acto como rey fue ordenar la liberación de su madre, de quien siempre había sido su hijo favorito.
Leonor fue la mujer más poderosa de Inglaterra durante el reinado de su hijo. Durante las frecuentes ausencias de Ricardo, ella gobernó el país como regente, y cuando él cayó prisionero del emperador de Alemania, ella viajó personalmente para lograr su liberación.
Tras la muerte de Ricardo en 1199, su hermano menor Juan -el famoso Juan Sin Tierra- se convirtió en rey y Leonor conservó su influencia. En 1200 Leonor viajó a Castilla en una misión diplomática. Juan y Felipe II de Francia habían decidido establecer una alianza familiar casando a una sobrina de Juan con Luís, el hijo y heredero de Felipe. La hermana de Juan, Leonor, se había casado con el rey Alfonso VIII de Castilla y había tenido varias hijas. Juan envió a su madre para elegir a una de esas hijas para que fuera la nuera del rey francés. Así Leonor, que no había podido lograr que su hija María fuera reina de Francia a causa del nacimiento de Felipe II, consiguió que su nieta Blanca de Castilla fuera reina a la muerte de Felipe.
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