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viernes, 23 de marzo de 2007

"Diamante de sangre" (2006)

Diamante de sangre es una película que me ha causado sentimientos encontrados. Por un lado considero que tiene un enorme valor testimonial, pero por el otro tiene un mensaje que me causa un profundo rechazo.
El film transcurre en Sierra Leona en 1999, en medio de una de las interminables guerras civiles entre el gobierno de turno y la guerrilla del RUF. Un pescador llamado Solomon Vandy (Djimon Hounsou) es tomado prisionero por el RUF y enviado a buscar diamantes, mientras que su esposa y sus hijos consiguen escapar. Vandy encuentra un enorme e invaluable diamante y en vez de entregarlo a sus patrones, lo esconde. Aunque su engaño es descubierto por los guerrilleros, Vandy tiene la suerte de que el campamento es atacado por las fuerzas del gobierno antes de que ellos puedan ultimarlo. El diamante queda enterrado en un lugar del campamento que solo Vandy conoce.
En la cárcel, Vandy se encuentra con Danny Archer (Leonardo Di Caprio), un traficante de diamantes que descubre su secreto y le ofrece ayudarlo a encontrar a su familia a cambio de la piedra. Vandy acepta el trato de mala gana. No obstante, Archer y Vandy no son los únicos que están al tanto de la existencia del diamante, y todos están dispuestos a acudir a cualquier recurso para conseguirlo. Incluso la vida del hijo de Vandy, Dia, tomado prisionero por el RUF y entrenado para convertirse en niño soldado.
Por un lado, Diamante de sangre ilustra muy bien los problemas que desde hace décadas aflijen al continente africano: guerras civiles, corrupción, autoritarismo, miles de refugiados deambulando de un lado para otro... Muchos de estos asuntos eran casi desconocidos para mí antes de verla, y le agradezco el haberme hecho tomar conciencia del tema. Pero por el otro tiene una visión muy paternalista de las relaciones entre negros y blancos. Incluso en una parte de la película, uno de los personajes (negro) se pregunta si los negros no serán incapaces de gobernarse y llega a afirmar que cuando gobernaban los blancos las cosas eran mejores. Tanto "negros malos" como "negros buenos" parecen estar siempre a merced de los blancos, capaces de engañarlos y manipularlos con facilidad. Hasta el personaje de Maddy Bowen (Jennifer Connelly), que hace unas cuantas observaciones muy lúcidas, parece tener esta visión de los negros.
En cualquier caso, considero que Diamante de sangre debe ser calificada con un 8,50.

1 comentario:

Víctor Vela dijo...

Esta película me gustó bastante, yo la veo como una mezcla entre "El Señor de la Guerra" y "Hotel Ruanda" aunque salvando las distancias.