Fecha y hora de la Argentina

Traducir Terra Incognita a:

Etiquetas

jueves, 28 de junio de 2007

Me mudo a otro blog

Les pido disculpas, pero he tomado la triste decisión trasladar Terra Incognita a otro blog. La nueva dirección es http://terraincognita2.blogspot.com/. Allí se explican los motivos de ésta decisión. No obstante, les adelanto que éste blog seguirá abierto y podrán leer los textos aquí publicados. Pero los nuevos textos serán publicados en el otro. (Si quieren dejar comentarios, por favor háganlo: voy a leerlos y, si hace falta, contestarlos)

El Otro

Éste es uno de los monólogos más conocidos del fallecido -y genial- comediante Tato Bores. Espero que les guste.

“La culpa de todo la tiene el ministro de Economía” dijo uno.
“¡No señor!” dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo. “La culpa de todo la tienen los evasores.”
“¡Mentiras!” dijeron los evasores mientras cobraban el 50% en negro y el otro 50% también en negro. “La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.”
“¡Falso!” dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo. “La culpa de todo la tiene la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.”
“¡Pero, por favor...!” dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas públicas. “La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.”
“¡Calumnias!” dijo un banquero mientras depositaba a su madre a 7 días. “La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.”
“¡Se equivoca!” dijo un corrupto mientras vendía a 100 dólares un libro que se llamaba
Haga su propio curro pero que, en realidad, sólo contenía páginas en blanco. “La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.”
“¡No es cierto!” dijo un empleado público mientas con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. “La culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.”
“¡Eso es pura maldad!” dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. “La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.”
“¡Patrañas!” dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el placer de tirar manteca al techo. “La culpa de todo la tienen los comunistas.”
“¡Perversos!” dijeron los del Politburó local mientras bajaban línea para elaborar el duelo. “La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.”
“¡Verso!” dijo un guerrillero mientras armaba un coche-bomba para salvar a la humanidad. “La culpa de todo la tienen los fascistas.”
“¡Malvados!” dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero. “La culpa de todo la tienen los judíos.”
“¡Racistas!” dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once. “La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que no les importa.”
“¡Blasfemia!” dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como para que pasaran diez camellos al trote. “La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.”
“¡Error!” dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. “La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.”
“¡Infamia!” dijo un padre mientras trataba de recordar cuántos hijos tenía exactamente. “La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.”
“¡Me ofenden!” dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. “La culpa de todo la tienen los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.”
“¡Minga!” dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba. “La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.”
“¡Desacato!” dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser. “La culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.”
“¡Negativo!” dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. “La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.”
“¡Ustedes están del coco!” dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. “La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.”
“¡Embusteros!” dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial. “La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.”
“¡Censura!” dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. “La culpa de todo la tiene el imperialismo.”
“That’s not true!” (“¡Eso no es cierto!”) dijo un imperialista mientras cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida. “The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat” (“La culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato”).
“¡Infundios!” dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables. “La culpa de todo la tiene Magoya.”
“¡Ridículo!” dijo Magoya acostumbrado a estas situaciones. “La culpa de todo la tiene Montoto.”
“¡Cobardes!” dijo Montoto que de esto también sabía un montón. “La culpa de todo la tiene la gente como vos por escribir boludeces.”
“¡Paren la mano!” dije yo mientras me protegía detrás de un buzón. “Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro. ¡El Otro siempre tiene la culpa!”
“¡Eso, eso!” exclamaron todos a coro. “El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro.” Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: “¡Qué flor de guacho que resultó ser El Otro...!”

miércoles, 27 de junio de 2007

La ¿maldición? de los Kennedy

El tema de la supuesta maldición que padece la familia del asesinado presidente estadounidense John F. Kennedy ha sido muy debatido. El hecho de que tantos de sus miembros hayan tenido muertes trágicas, o bien hayan sufrido accidentes y desgracias terribles, alimentó el mito. Ésta es una lista de los acontecimientos que, para los creyentes en la maldición, son evidencia de su existencia:

En 1941 Rosemary Kennedy, hermana de JFK, fue enviada a un manicomio, donde vivió hasta su muerte en el 2005
En 1944, Joseph Kennedy, hermano mayor de JFK, murió en una batalla aérea en el Canal de la Mancha.
En 1948 Kathleen Kennedy, hermana de JFK, murió en un accidente aéreo en Francia.
En 1955 Jacqueline Bouvier, esposa de JFK, sufrió un aborto espontáneo.
En 1956 Jacqueline dio a luz a una hija muerta
En agosto de 1963 Patrick Kennedy, el segundo hijo de JFK, murió a los dos días de nacer.
En noviembre del mismo año, JFK fue asesinado en Dallas.
En 1964 Edward “Ted” Kennedy, hermano menor de JFK sufrió un accidente aéreo, en el cual sufrió graves heridas.
En 1968 Robert Kennedy, hermano menor de JFK y Ted, y precandidato a presidente, fue asesinado a balazos.
En 1969 se produjo el “accidente de Chappaquiddick”, en el que el auto donde viajaban Ted Kennedy y Mary Jo Kopechne cayó al agua. Ted consiguió salir del auto y nadar a la superficie, pero Mary Jo murió asfixiada dentro del vehículo. El accidente arruinó las chances de Ted Kennedy de ser candidato a la presidencia en 1972, pues se lo acusó de haber causado la caída del auto al agua por manejar borracho, por haber tardado mucho en buscar ayuda tras salir del agua y por haber llamado a su abogado antes que a la policía.
En 1973, a Edward Kennedy (h), de 12 años, le amputaron la pierna derecha.
En ese mismo año, Joseph Kennedy, hijo de Robert, sufrió un accidente automovilístico al chocar el jeep que manejaba junto a otros pasajeros, uno de los cuales quedó inválido de por vida.
En 1984 David Kennedy, hijo de Robert, murió de una sobredosis a los 28 años.
En 1997 murió Michael Kennedy, hijo de Robert, en un accidente de esquí.
En 1999 murió John F. Kennedy (h), junto a su esposa y su cuñada en un accidente aéreo.
En 2006, el avión en que viajaba Ted Kennedy fue golpeado por un rayo y debió hacer un aterrizaje de emergencia.

martes, 26 de junio de 2007

Recomiendan ayuda psicológica para los Harrymaníacos

Los rumores de la muerte del ya adolescente mago Harry Potter en el último capítulo de la saga de la escritora J. K. Rowling comenzaron a circular. Por eso, en Estados Unidos y Gran Bretaña un grupo de psicólogos y psicoterapeutas advirtió a los padres de los pequeños fanáticos la necesidad de preparar emocionalmente a sus hijos ante la eventual noticia fatal.
Según los especialistas, el mes que viene, cuando se publique finalmente
Harry Potter and the Deathly Hallows, millones de niños podrían quedar afectados con traumas emocionales si efectivamente, muere el protagonista.
El psicólogo infantil estadounidense Michael Brody pidió a los padres de los niños a prepararlos para dicha “pérdida”, y comparó la situación a la que se verán expuestos con la muerte de una mascota o un amigo íntimo, consignó el diario chileno
El Mercurio.
“Los niños podrían sufrir de ansiedades y traumas, y los padres deberán estar allí para reconfortarlos”, explicó Brody. “Si hay una muerte en el libro de Harry Potter, ésta debería servir para que se discuta el tema dentro del grupo familiar”, completó.

Harry Potter and the Deathly Hallows, el séptimo y último episodio las aventuras del mago de anteojos y sus amigos, será publicado el próximo 21 de julio.

lunes, 25 de junio de 2007

Mauricio Macri, jefe de Gobierno

La victoria aplastante de Mauricio Macri en las elecciones de jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es sin duda un acontecimiento significativo en la política argentina. No es la primera derrota electoral del kirchnerismo, pero sí es la primera que sufre en un distrito de importancia cuantitativa.
En la última semana previa a la elección, Néstor Kirchner tuvo la sensatez de dejar de participar de la campaña, pasándole el timón a Daniel Filmus. Filmus actuó bastante bien, logrando escalar del 23% que había arañado en la primera vuelta, al casi 40% que terminó consiguiendo en la segunda. Tal vez si hubiese tenido un par de semanas más para hacer campaña, hubiese logrado amenazar seriamente el triunfo macrista. Pero el hecho es que perdió.

Ahora Kirchner deberá convivir con un jefe de Gobierno opositor en la Capital. No sería la primera vez que esto sucede, ni la primera vez que algo similar le pasa al propio Kirchner. Recordemos que en 1996 el radical Fernando De la Rúa fue elegido jefe de Gobierno porteño, y debió gobernar coexistiendo con el peronista Carlos Menem, y se llevaron bastante bien. También hay que recordar que Kirchner, en sus épocas como gobernador de Santa Cruz, debió ver cómo los radicales ganaban la intendencia de la capital de la provincia, Río Gallegos. Sin embargo, las relaciones entre la Municipalidad y la Gobernación fueron buenas hasta el 2003, cuando Kirchner abandonó la provincia para asumir la presidencia.
También hay que recordar que Kirchner jamás se ha enfrentado totalmente con ningún gobernador o intendente opositor. Chaco es gobernada por el delfín del radical lavagnista Ángel Rozas. San Luis es gobernada por Alberto Rodríguez Saá, cuyo hermano Adolfo compitió contra Kirchner en el 2003. Neuquén es gobernada por Jorge Sobisch, un opositor a Kirchner que hasta hace poco soñaba con conseguir la presidencia éste año. Salta es gobernada por Juan Carlos Romero, que fue candidato a vicepresidente junto a Menem en el 2003. Kirchner hubiese podido trenzarse en una lucha sin cuartel con todos esos gobernadores de la oposición, y sin embargo logró construir una buena cooperación con ellos, al menos a nivel administrativo.
No digo que Kirchner sea un modelo de tolerancia y convivencia democrática. Pero conoce bien la diferencia entre enfrentarse contra un dirigente opositor y hacerlo contra un gobernador o intendente opositor. En el primer caso, puede tirarle con toda clase de municiones, pues el único resultado sería, en el peor de los casos, la destrucción de la carrera de ese dirigente. Pero cuando el opositor ocupa un cargo ejecutivo, el resultado de demasiadas operaciones en su contra sería el caos y la crisis del distrito que ese político gobierna, algo que también perjudicaría a Kirchner, como presidente de la Nación.
Ésta semana Kirchner y Macri se reunirán (Macri ya le envió una carta pidiéndole audiencia formalmente). Depende de Kirchner actuar con madurez en esa reunión, para poder asimilar el golpe que le han propinado los porteños con elegancia.

domingo, 24 de junio de 2007

Programación de la semana del 25/6/2007

Lunes 25/6
Todo sobre mi madre
Cinecanal - 3:45
El Padrino
Cinecanal - 5:40
Comedia sexual de una noche de verano
The Film Zone - 15:05
El testaferro
Film & Arts - 17:00
En sus zapatos
Cinecanal - 22:00
Celebrity
Hallmark - 22:00

Martes 26/6
Todo sobre mi madre
Cinecanal - 0:25
El testaferro
Film & Arts - 3:00
The United States of Leland
Cinecanal - 4:05
El testaferro
Film & Arts - 10:00
Mi nombre es Sam
TNT - 22:00
The United States of Leland
Cinecanal - 23:40

Miércoles 27/6
El doctor y sus mujeres
FOX - 10:00
Saïd
Europa europa - 14:10
La intérprete
Cinecanal - 15:15
Cosas que importan
Hallmark - 16:30
Saïd
Europa europa - 20:10
Los otros
TNT - 22:00
Mientras nieva sobre los cedros
Hallmark - 22:00
Desde el infierno
FOX - 23:00

Jueves 28/6
Celebrity
Hallmark - 0:30
Abre los ojos
TNT - 0:30
Dealer
Europa europa - 2:50
Desde el infierno
FOX - 4:00
The Truman Show
Cinecanal - 18:20
La locura del rey Jorge
Europa europa - 20:00
Belle Epoque
Europa europa - 22:00

Viernes 29/6
Orange County
The Film Zone - 5:35
The Truman Show
Cinecanal - 7:10
La intérprete
Cinecanal - 18:00
John Q.
TNT - 19:30
Mi gran casamiento griego
FOX - 23:00

Sábado 30/6
Belleza americana
The Film Zone - 3:45
No olvides que vas a morir
Europa europa - 4:55
La intérprete
Cinecanal - 7:55
Día de entrenamiento
TNT - 22:00
Undertow
Cinecanal - 22:00

Domingo 1/7
Desde el infierno
FOX - 0:00
Undertow
Cinecanal - 1:40
El cuarto poder
TNT - 3:00
Melinda & Melinda
Cinecanal - 16:05
Basic
FOX - 18:00
En sus zapatos
Cinecanal - 22:00
Hombre en llamas
FOX - 22:00

sábado, 23 de junio de 2007

Dédalo, el inventor

Dédalo era un príncipe de la casa real de Atenas a quién la mismísima diosa Atenea le había enseñado el arte de la herrería. Fue considerado como el mejor herrero de Grecia hasta que uno de sus aprendices, su sobrino Talos, de sólo 12 años, lo superó inventando la sierra, el compás y la rueda de alfarero. Dédalo decidió matarlo, en parte por celos y en parte, según algunas versiones, por sospechar que el chico mantenía relaciones incestuosas con su madre Policaste, hermana de Dédalo. Éste lo llevó al techo del templo de Atenea, en la Acrópolis, con el pretexto se señalarle algunas vistas lejanas, y lo mató empujándolo a la tierra. Luego bajó y colocó el cadáver de su sobrino en un saco con el propósito de enterrarlo en secreto. No obstante, las manchas de sangre pronto lo delataron. Fue juzgado y desterrado por el gobierno ateniense. Policaste se suicidó.
Dédalo se refugió primero en uno de los demos del Ática y luego en la ciudad de Cnosos, capital de Creta. Los reyes de la isla, Minos y Pasifae, lo recibieron hospitalariamente, más que nada por el talento de Dédalo.[1] El inventor vivió en paz en Creta durante varios años, y tuvo un hijo llamado Ícaro con Náucrate, una esclava del palacio del rey.
Las cosas cambiaron cuando aparentemente, Dédalo ayudó a Pasifae a unirse sexualmente con un toro blanco consagrado a Poseidón, de quién la reina cretense se había enamorado. Si no me equivoco, Dédalo inventó un armatoste similar a una vaca, donde Pasifae se colocó de tal manera que, cuando el toro lo penetró… Pero creo que ya imaginan como sigue. La relación zoofílica entre la reina y el toro hubiera sido un secreto de no ser porque Pasifae quedó embarazada y dio a luz un hijo monstruoso, con cuerpo de ser humano y cabeza de toro, conocido como el Minotauro. Minos, por algún motivo, no quiso matar a la criatura ni a su esposa infiel, sino que le pidió a Dédalo que construyese un edificio en donde el monstruo pudiera ser encerrado. Entonces Dédalo le construyó el famoso Laberinto, en el que el Minotauro viviría hasta morir a manos de Teseo.
Luego, de alguna manera, Minos se enteró del rol que había jugado Dédalo en los amores de Pasifae y el toro, y lo encarceló junto con Ícaro, probablemente con la intención de ejecutarlo. Pasifae los ayudó a escapar, pero Minos tenía tan bien vigiladas las costas de Creta que padre e hijo sabían que sería imposible huir de la isla por mar. Entonces Dédalo hizo un par de alas para él y otro para Ícaro; estaban hechas con plumas de ave atadas con hilos y otras menores pegadas con cera. Dédalo advirtió a su hijo que no volase demasiado alto, pues el sol podría fundir la cera, ni demasiado bajo, pues el agua del mar podría humedecer las plumas.
Ícaro obedeció a su padre por unas horas, pero al final decidió volar más alto y remontarse hacia el sol, orgulloso de la altura a la que lo llevaban sus grandes alas. Poco después Dédalo miró hacia atrás y ya no pudo ver a Ícaro, pero vio abajo las plumas de sus alas que flotaban en el agua. El calor del sol había derretido la cera e Ícaro había caído al mar y se había ahogado. Dédalo describió círculos alrededor del lugar hasta que el cadáver salió a la superficie, y luego lo llevó una isla cercana donde lo enterró; más tarde la isla fue llamada Icaria. Se dice que el alma de Policaste apareció frente a su hermano Dédalo en forma de perdiz, se posó en una encina y lo observó enterrar a Ícaro, cotorreando de placer.
Pero algunos que no creen en esta fábula dicen que Dédalo huyó de Creta en un barco que le proporcionó Pasifae, y que en su viaje a Sicilia estaban a punto de desembarcar en una islita cuando Ícaro cayó al mar y se ahogó. Añaden que fue Hércules quien enterró a Ícaro, y que en agradecimiento Dédalo le hizo en Pisa una estatua que parecía tan natural que Hércules la tomó por un rival y la derribó con una piedra. Otros dicen que Dédalo inventó velas, y no alas, como un medio de dejar atrás a las galeras de Minos, y que Ícaro, que timoneaba descuidadamente, se ahogó al zozobrar su barco.
Dédalo voló hacia Cumas, cerca de Nápoles, donde dedicó sus alas al dios Apolo y le erigió un templo con techo de oro. Luego hizo una visita a la ciudad de Cámico, en Sicilia, donde le recibió hospitalariamente el rey Cócalo, y vivió con los sicilianos disfrutando de una gran fama y erigiendo muchos edificios magníficos.
No obstante, Minos, que no se resignaba a la pérdida de Dédalo, reunió una flota enorme y salió en su busca. Mediante una compleja estratagema, logró descubrir la ubicación del inventor y exigió al rey Cócalo su entrega. Cócalo se mostró dispuesto a obedecer, pues en aquel entonces Creta era la mayor potencia militar del Mediterráneo. No obstante, las hijas de Cócalo no querían enviar a Dédalo a la muerte a manos de Minos, pues el inventor les había fabricado muchos bellos juguetes, y con su ayuda tramaron un plan. Dédalo pasó un caño a través del techo de los baños del palacio de Cócalo, donde Minos se hospedaba. Cuando el rey cretense se fue a bañar, Dédalo y las chicas vertieron agua o aceite hirviendo a través de dicho caño, causándole a Minos quemaduras mortales.
Cócalo, quien posiblemente estuvo al tanto del complot de sus hijas, entregó el cadáver a los marinos cretenses afirmando que Minos había tropezado con una alfombra y había caído en una caldera de agua hirviente. El rey de Creta fue sepultado con gran pompa en el templo de Afrodita en Cámico -donde permaneció hasta que Terón, tirano de Acragas, envió sus restos a Creta, en el siglo V a. C.-, y Zeus lo designó juez de los muertos en el reino de Hades.
Tras el entierro de Minos, los integrantes de la flota cretense cayeron en un desorden completo y fueron presa fácil de los sicilianos. Algunos escaparon y otros debieron quedarse en la isla, donde edificaron las ciudades de Minoa, Hiria y Engio. En cuanto a Dédalo, abandonó Sicilia para unirse a Yolao, el sobrino, auriga y posible amante de Hércules, quién se había establecido con varios colonos griegos en la isla de Cerdeña.

[1] En la actualidad, muchos historiadores y mitógrafos consideran que “Minos” y “Pasifae” no eran nombres propios, sino títulos que adoptaban todos los reyes y reinas de Creta.

viernes, 22 de junio de 2007

Un hacker reveló detalles del final de "Harry Potter and the Deathly Hallows"

Un hacker afirma haber descubierto uno de los secretos mejor guardados, el esperado final de la saga de Harry Potter, y asegura que en la última entrega del libro creado por J.K. Rowling mueren dos protagonistas.
El hacker, que se hace llamar Gabriel, dejó un mensaje en un conocido foro de piratas informáticos el último martes, afirmando que había descubierto el final de
Harry Potter and the Deathly Hallows, en la computadora de un empleado de Bloomsbury, la editorial de Rowling, según informa hoy el diario inglés Daily Telegraph en su edición digital.
El mensaje en el foro contiene un detallado resumen del presunto final, en el que nombra a dos personajes centrales de la historia, que aparecen en la serie desde hace 10 años.
Gabriel se jacta de haber enviado un virus al empleado de Bloomsbury al que robó la copia. “La estrategia de ataque fue muy fácil. Es muy divertido ver cuánta gente de la editorial tiene ya copias y borradores de la historia”, afirma.

El pirata informático asegura que actuó movido por la religión, inspirado por palabras del Papa. “Lo hicimos siguiendo las recomendaciones del gran Papa Benedicto XVI, cuando era aún el cardenal Joseph Ratzinger. Él explicó por qué Harry Potter arrastraba a los jóvenes del mundo a la fe neopagana”.
La editorial Bloomsbury, ha tomado fuertes medidas de seguridad para impedir filtraciones sobre el contenido del libro, y no realizó declaraciones acerca del supuesto final.

El séptimo libro de la saga del niño mago saldrá a la venta mundialmente el próximo 21 de julio, publicado en inglés, en coincidencia con el décimo aniversario del lanzamiento de la primera entrega, Harry Potter y la Piedra Filosofal.
El mensaje de Gabriel fue detectado por PC Tools, una empresa informática de seguridad que revisa habitualmente webs donde los piratas informáticos comentan sus “hazañas”.
Sin embargo, PC Tools afirma que no puede dar fe de la vericidad de los dichos de Gabriel. “Sólo las dos partes implicadas pueden hacerlo, el hacker y la editorial. Pero seguramente la historia es cierta”.

Fuente: nota de Perfil.com

jueves, 21 de junio de 2007

"Matar a un rey" (2003)

En el siglo XVII se produjo una guerra civil entre el rey Carlos I de Inglaterra y el Parlamento. En rigor, era un conflicto que ya se venía preparando desde el reinado de su padre, James I. Tanto James como Carlos eran monarcas con pretensiones absolutistas -no hay que olvidar que el siglo XVII fue el siglo de Luis XIV-, y el Parlamento inglés estaba acostumbrado a cogobernar con la Corona desde mucho tiempo antes. La guerra culminó con la derrota y captura de Carlos I.
El film Matar a un rey arranca en ese punto, cuando el Parlamento logra imponerse sobre el rey (interpretado por Rupert Everett), gracias a un ejército poderoso y disciplinado, dirigido por Oliver Cromwell (Tim Roth) y Thomas Fairfax (Dougray Scott). Fairfax y Cromwell aparecen como grandes amigos, pero son al mismo tiempo dos personas muy diferentes. Fairfax es un noble que sólo se rebeló contra el monarca para frenar sus abusos, mientras que Cromwell sueña con acabar con la monarquía y establecer una República. Fairfax es un soldado, mientras que Cromwell es más que nada un intelectual. Cromwell es un hombre cruel y despiadado, mientras que Fairfax tiene más escrúpulos. Cromwell desprecia y maltrata a su esposa, mientras que Fairfax trata a la suya como una igual. Al tomar el poder, las diferencias entre Cromwell y Fairfax quedan más a la vista que nunca, y los llevan a momentos de desconfianza y enfrentamiento abierto, intercalados por intentos de reconciliación.
Escenas destacadas:
  • La ejecución de Carlos I.
  • Fairfax y Cromwell se dirigen a una ceremonia, y Cromwell le explica a su amigo sus ambiciosos planes para el futuro, sin imaginar (ADVERTENCIA: SPOILER) que Fairfax planea asesinarlo en ese mismo día.
  • La última conversación entre Cromwell y Fairfax.

Calificación: 9

miércoles, 20 de junio de 2007

Los hermanos enemigos

Gorgófone, hija de Perseo, fue la primera mujer griega que volvió a casarse tras enviudar (la costumbre era que las viudas se suicidasen). Su primer marido fue Perieres, hijo de Eolo y rey de Mesenia, con quien tuvo dos hijos, Afareo y Leucipo. Cuando él murió, Gorgófone contrajo segundas nupcias con Ébalo, rey de Esparta, quién le dio dos hijos más, Tíndaro e Ícaro (que no debe ser confundido con el hijo de Dédalo). Posteriormente los hermanos sucedieron a sus padres en Mesenia y Esparta, actuando como corregentes.
La descendencia de Tíndaro fue la más conocida: con su esposa Leda tuvo dos hijas, Clitemnestra (futura esposa y asesina de Agamenón) y Helena (futura esposa de Menelao y causante de la guerra de Troya), y dos hijos, Cástor y Pólux (aunque aparentemente Pólux y Helena eran fruto de una unión entre Leda y el dios Zeus, que se le apareció en forma de cisne). Ícaro tuvo una hija, Penélope, que luego se casó con Odiseo. Su hermanastro Afareo se casó con una tal Arene y tuvo dos hijos, Idas y Linceo (aunque parece que Idas era en realidad hijo de Poseidón).
La enemistad de Idas y Linceo hacia Cástor y Pólux surgió a causa de las hijas de Leucipo, las llamadas Leucípides. Sus padres se habían puesto de acuerdo en que cuando llegaran a la edad núbil, se casarían con Idas y Linceo, pero Cástor y Pólux -conocidos como los Dióscuros- las raptaron y las hicieron sus esposas.
Los cuatro jóvenes se convirtieron en grandes héroes de Esparta y Mesenia, y participaron de muchas aventuras. Cástor se destacaba por su talento como soldado y jinete, Pólux por su capacidad como púgil. En cuanto a los hermanos mesenios, Idas era el más fuerte, pero Linceo poseía una vista agudísima.
Se cuenta que Idas logró en una ocasión burlar al mismísimo dios Apolo. Eveno, hijo del dios Ares, tenía una hija muy bella llamada Marpesa. Al igual que en el caso de Enómao con Hipodamía y Enopión con Mérope, Eveno no deseaba que su hija se casase, por lo que obligó a sus pretendientes a vencerlo en una carrera de carros para obtener su mano. El ganador se casaría con Marpesa y el perdedor sería decapitado. Y, como era de esperar, nadie pudo vencerlo y pronto hubo varias cabezas clavadas en el palacio de Eveno.
Apolo se enamoró de Marpesa y declaró que desafiaría a Eveno a una carrera. Pero Idas también se había enamorado de ella, y pidió ayuda a su padre Poseidón. El dios le regaló un carro alado, con el cual Idas procedió lisa y llanamente a raptar a Marpesa. Eveno persiguió a Idas, pero fue incapaz de alcanzarlo y se suicidó. Apolo también persiguió a su primo mortal hasta Mesenia y hubieran combatido por Marpesa de no ser porque Zeus intervino y ordenó que fuese ella misma la que eligiera con quién quedarse. Marpesa, temiendo que Apolo la abandonara cuando envejeciese, optó por Idas como marido.
La enemistad entre los Dióscuros e Idas y Linceo se disipó cuando ambos pares de hermanos participaron en la cacería del jabalí de Calidón y en la expedición del Argo a Cólquide. Poco después de la muerte de Afareo los primos se pusieron de acuerdo en deponer su rivalidad y realizaron una incursión en Arcadia para robar ganado. La incursión tuvo éxito e Idas fue elegido echando suertes para que dividiese el botín entre los cuatro. Descuartizó una vaca en cuatro partes y dictaminó que la mitad del botín pertenecería al primero que comiera su parte y el resto al que quedara en segundo lugar. Casi antes que los otros se dispusieran a comenzar la competencia, Idas engulló su parte y luego ayudó a Linceo a tragarse la suya; pronto desapareció el último pedazo y él y Linceo condujeron el ganado hacia Mesenia, para luego ir al monte Taigeto a ofrecer un sacrificio a Poseidón. Los Dióscuros fingieron no oponerse al “veredicto”, pero fueron a Mesenia donde, afirmando que Linceo había perdido el derecho a su parte por haber aceptado la ayuda de Idas, y que Idas había perdido el derecho a la suya por no haber esperado a que todos los competidores estuvieran preparados, se llevaron el ganado. Después se escondieron tras un roble, cerca de la tumba de Afareo, para emboscar a Idas y Linceo. No obstante, Linceo pudo verlos desde lejos, e informó a Idas, quién arrojó con gran fuerza su lanza contra el roble, atravesándolo e hiriendo de muerte a Cástor. Cuando Pólux salió de su escondite, Idas le arrojó la lápida de la tumba de Afareo, hiriéndolo de gravedad. Pólux consiguió matar a Linceo con su propia lanza, pero hubiera sido seguramente muerto por Idas de no ser porque su padre Zeus intervino y lo eliminó con un rayo.
Pólux fue el último en morir, y por ser hijo de Zeus ascendió al cielo en vez de descender al reino de Hades. Pero Pólux amaba tanto a su hermano que rechazó la inmortalidad a menos que la compartiera con Cástor. Zeus, conmovido, los convirtió a ambos en semidioses y les dio además la constelación de Géminis. Al perder a sus hijos, el rey Tíndaro nombró heredero del trono espartano a su yerno Menelao.

martes, 19 de junio de 2007

Arriesgada tapa de la última edición de la revista "Veintitrés"


Fragmento de una entrevista a Robert Graves

Por pura casualidad, me topé con una entrevista realizada a mi autor fetiche, Robert Graves, en 1981, unos 4 años antes de su fallecimiento en Mallorca. Y decidí seleccionar un fragmento, en el que el autor (que siempre, hasta en su epitafio, se autodefinió como poeta más que como novelista) habla -creo que con un poco de resignación- de sus novelas más conocidas, Yo, Claudio y Claudio, el dios.

-¿Cuánto tiempo le llevó escribir Yo, Claudio?
-Yo, Claudio y Claudio, el dios me llevaron 8 meses... Necesitaba terminar pronto el trabajo porque tenía una deuda de 4.000 libras. Me aproximé tanto al personaje que me acusaron de haber hecho investigaciones que nunca realicé.
-¿Dictó usted la obra?
-No. Tengo una mecanógrafa pero no dicté. Si usted emplea sólo las fuentes principales, y conoce el período, un libro se escribe solo.
-¿Cuántas horas al día le tomó el trabajo?
-No lo sé. Deben haber sido siete u ocho. La historia llegó a tener 250.000 palabras. Había hipotecado la casa y quería perderla.
-¿Por qué eligió la novela histórica?
-Bien, por aquello que anoté en mi diario uno o dos años antes: que los historiadores romanos -Tácito, Suetonio y Dión Casio, pero sobre todo Tácito- habían tratado obviamente mal a Claudio, y que algún día yo tendría que escribir un libro acerca de él. Si no lo hubiera hecho, no estaría usted bebiendo en esta casa.
-¿Qué tenía usted en mente al terminar
Claudio el dios? Hay un cambio distintivo en Claudio. Uno se pregunta qué ganaba usted como novelista.
-Yo no creía estar escribiendo una novela. Trataba de encontrar la verdad acerca de Claudio. Y había cierta confluencia entre Claudio y yo mismo. Descubrí que yo era capaz de saber muchas cosas que sucedieron sin tener bases, excepto que yo sabía que eso era cierto. Es cuestión de reconstruir una personalidad.
-No existen muchas fuentes directas, aunque él escribió copiosamente.
-Está su discurso a los Edonios, su carta a los alejandrinos y varios registros de lo que dijo en Suetonio y otras partes. Ahora sabemos exactamente qué enfermedad padecía: la enfermedad de Little. Todo el cuadro es tan sólido que uno siente conocerlo en persona, si simpatiza con él. Pobre hombre -sólo ahora, al fin, la gente comienza a olvidar esa mala imagen que le dieron los historiadores de su tiempo. Ahora es considerado uno de los pocos buenos emperadores entre Julio César y Vespasiano.
-Al final, no obstante, se decepcionó.
-Vio que no podía hacer nada. Tuvo que rendirse.
-Se desintegró y casi se convirtió en otro Calígula o Tiberio.
-Bueno, veamos: Calígula nació malo. Tiberio fue un hombre maravilloso, pero lo presionaron demasiado y él previno al Senado de lo que iba a suceder. Previó un severo quebrantamiento psicológico. Si uno siempre ha sido extremadamente limpio -siempre se ha lavado los dientes y hecho la cama- y llega a un punto intolerable de estrés, uno se quebranta y desarrolla lo que se conoce como comportamiento paradójico: desarregla la cama, hace las peores cosas. Tiberio fue notable por su castidad y sus virtudes viriles, hasta que se vino abajo. Ahora siento la mayor simpatía posible por Tiberio.

La entrevista completa puede leerse en este link.

lunes, 18 de junio de 2007

"About Schmidt" (2002)

About Schmidt -estrenada en la Argentina con el título de Las confesiones del señor Schmidt- es un film basado en una novela homónima de Louis Begley, escrita en 1996. No obstante, parece que lo único que tienen en común el libro y la película son el título y el nombre del protagonista, Warren Schmidt (Jack Nicholson).
Schmidt es un hombre de 66 años que acaba de jubilarse de su puesto como ejecutivo de una empresa de seguros en Omaha, y que ahora debe encontrar algo que hacer. Desesperado por la inactividad, Schmidt decide patrocinar a Ndugu, un niño de 6 años de Tanzania, mandándole 22 dólares por mes. El folleto que le mandan también le sugiere que envíe "información personal" al chico, y Schmidt se lo toma muy a pecho, escribiéndole largas cartas a Ndugu en las que abre su corazón, exponiendo sus sentimientos más profundos.
Schmidt debe lidiar también con la repentina muerte de su esposa Helen, con quien estuvo casado por 42 años, y el inminente matrimonio de su hija Jeannie (Hope Davis) con Randy (Dermot Mulroney), un vendedor de camas acuáticas a quien Schmidt considera inferior a ella. Siendo incapaz de quedarse en su casa, decide viajar a Denver a ayudar a Jeannie con los preparativos de su boda. Éste viaje termina extendiéndose y siendo más especial de lo que Schmidt pensaba.
Escenas destacadas:
  • Schmidt descubre en el placard de Helen (ADVERTENCIA: SPOILER) unas cartas de amor escritas a ella por su mejor amigo Ray.
  • Roberta (Kathy Bates), la madre de Randy, intenta seducir a Schmidt en el sauna.
  • Cuando Schmidt regresa a su casa, al final del film, encuentra una respuesta a las cartas a Ndugu.
Calificación: 10

domingo, 17 de junio de 2007

Programación de la semana del 18/6/2007

Lunes 18/6
Kinsey
Cinecanal - 0:00
Tierra extranjera
Film & Arts - 1:00
Vera Drake
Cinecanal - 2:10
La locura del rey Jorge
Europa europa - 12:00
Vera Drake
Cinecanal - 23:55

Martes 19/6
The way we were
Film & Arts - 6:00
The way we were
Film & Arts - 15:00
Star Wars - Episodio I: La amenaza fantasma
Cinecanal - 15:25
The way we were
Film & Arts - 20:00

Miércoles 20/6
Rory O'Shea was here
Cinecanal - 4:15
Star Wars - Episodio II: El ataque de los clones
Cinecanal - 16:10
Rory O'Shea was here
Cinecanal - 23:50

Jueves 21/6
Divina criatura
Europa europa - 2:30
The Truman Show
Cinecanal - 9:00

Viernes 22/6
Código desconocido
Europa europa - 0:00
Nick of time
Cinecanal - 9:15
Nick of time
Cinecanal - 16:40
The way we were
Film & Arts
El engañoso verano del '68
Europa europa - 20:25

Sábado 23/6
Por siempre María Callas
Europa europa - 10:00
Hamlet
Europa europa - 11:50
Por siempre María Callas
Europa europa - 16:00
Star Wars - Episodio III: La venganza de los Sith
Cinecanal - 17:35
Hamlet
Europa europa - 17:50

Domingo 24/6
Belle Epoque
Europa europa - 0:00
Saw II
Cinecanal - 4:10
Matar a un rey
Europa europa - 11:45
Jefferson en París
Europa europa - 13:35
Matar a un rey
Europa europa - 17:45
Jefferson en París
Europa europa - 19:35
Saw II
Cinecanal - 23:55

sábado, 16 de junio de 2007

El falso ingeniero Juan Blumberg

Hace pocos días, el diario Ámbito Financiero (que es apenas un poco más progresista que Jean-Marie Le Pen) difundió la noticia de que el falso experto en seguridad Juan Blumberg tampoco es ingeniero, como afirmaba en sus tarjetas de presentación y en su sitio web. Más tarde otros medios se hicieron eco de la noticia. Blumberg ensayó la explicación de que en realidad tenía una tecnicatura textil, y que la había conseguido en el exterior, más precisamente en la Universidad de Röttingen, en Alemania. Pero el diario Página/12 descubrió que:
a) En esa localidad alemana no existe ninguna universidad.
b) En una ciudad con un nombre similar, Reutlingen, hay una universidad, pero que expide títulos de ingeniero sólo desde el 2004.
Varios personajes importantes como el gobernador neuquino Jorge Sobisch, el ex gobernador misionero Ramón Puerta, el ex ministro de Defensa y Economía del gobierno de De la Rúa y actual candidato a presidente Ricardo López Murphy, y el ex ministro de Economía de los gobiernos de Duhalde y Kirchner y actual candidato a presidente Roberto Lavagna y el ex mecenas de las campañas de Menem en el 2003 y de Chiche Duhalde en el 2005 Francisco de Narváez, que se habían reunido y/o fotografiado con el falso ingeniero Blumberg en sus épocas de gloria, no salieron a defender a su viejo amigo.
Pero la reacción que más interés ha despertado en los medios es la del (verdadero, por lo que sabemos) ingeniero, diputado y candidato a jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri. Macri planeaba candidatearse a gobernador bonaerense, pero la decisión de Néstor y Cristina Kirchner de presentar a Daniel Scioli como candidato a esa misma gobernación lo forzó a optar por la Jefatura de Gobierno porteña. Luego acarició la idea de apoyar la postulación de Blumberg a gobernador de la provincia, pero ahora ésta noticia lo ha vuelto a descolocar. Como dije en ElForro, parece que la Provincia no es PRO.
El falso experto en seguridad y falso ingeniero Juan Blumberg está ahora prácticamente recluido en su casa, junto a su círculo más íntimo. Nunca debería haber salido de ahí.

viernes, 15 de junio de 2007

Tiberio (3ª parte)

En el año 31, Seyano llegó a la cúspide de su carrera política cuando Tiberio lo nombró segundo cónsul (él era el primero). Y como Tiberio vivía ahora permanentemente en Capri, eso significaba que Seyano era el único cónsul en funciones. Hay que decir que todos los colegas de Tiberio en el consulado habían tenido muertes trágicas: Publio Quintilio Varo (con quién había compartido el consulado en el 13 a. C.) había sido emboscado y muerto por un ejército de rebeldes germanos en el año 9 d. C. Los otros tres fueron Germánico, Druso y Gneo Pisón.
Seyano acabó por compartir esa maldición. Los hechos nunca quedaron del todo claros, pero aparentemente conspiró con su amante Livila para destronar a Tiberio y gobernar el Imperio, o bien como emperador y emperatriz, o bien como regentes del joven Tiberio Gemelo. Antonia, la madre de Livila, se enteró por casualidad del complot e informó a su cuñado, el emperador. El 18 de octubre del 31, Tiberio, en un movimiento audaz y sorpresivo, envió una carta sellada al Senado ordenando el arresto de Seyano por varios crímenes que había cometido (y que nadie conocía mejor que Tiberio). Los senadores, que odiaban y temían a Seyano, pudieron desquitarse ese mismo día del hasta entonces favorito del emperador. Así, Seyano fue estrangulado y su cadáver fue descuartizado por la turba.
Sus tres hijos con Apicata fueron ejecutados; como la hija de Seyano era vírgen y se consideraba que era de mala suerte ejecutar a una, el Senado ordenó que el verdugo la violase antes de ajusticiarla. La propia Apicata -de quién Seyano se había divorciado poco antes, con la idea de casarse con Livila- se suicidó, pero antes escribió una carta de Tiberio delatando a Livila (a quién, quizá con razón, consideraba responsable de las muertes de su marido e hijos) como envenenadora de Druso. Tiberio, que creía que Livila sólo había sido amante de Seyano, decidió que su sobrina y ex nuera debía morir, aunque no se sabe cómo murió exactamente. Algunas versiones afirman que se envenenó para evitar ser ejecutada; otras, que se la hizo morir de hambre. El Senado emitió un decreto de damnatio memoriae contra Seyano y ella, destruyendo sus estatuas y borrando sus nombres de los documentos oficiales.
El mismo día de su arresto y ejecución sumaria, Seyano fue destituido como comandante de la Guardia Pretoriana y reemplazado por Quinto Nevio Macro, un hombre tan inescrupuloso como su predecesor, aunque de orígen más humilde. Macro persiguió a los partidarios de Seyano con tanto entusiasmo como Seyano había perseguido a los de Agripina. Los juicios por traición y las ejecuciones se volvieron cosa de todos los días en Roma. Tiberio abandonó por completo los asuntos de Estado, dejándolos en manos de Macro (sólo interesado en enriquecerse y satisfacer rencores personales) y de los burócratas (que gobernaban casi por inercia). Ésto permitió que los partos hicieran incursiones en Armenia, y que los germanos cruzaran regularmente en Rin para saquear los territorios romanos.
Tiberio, en Capri, se dedicó a una vida de orgías y lujo. Había en en interior su villa varias habitaciones dedicadas expresamente al sexo, adornadas con pinturas pornográficas; allí Tiberio se juntaba con chicos y chicas hermosos, a quienes se hacía tener relaciones frente a él para "inspirarlo". No obstante, el emperador también llevaba sus orgías a los bosques y grutas de la isla. Tiberio también entrenó a niños de corta edad para que se metieran en la bañera con él y le succionasen el pene como si fueran los senos de su madre; él los llamaba "mis pececitos". Suetonio cuenta que un amigo, al morir, le legó un cuadro que representaba a Atalanta practicándole sexo oral al argonauta Meleagro, y estableció también que si al emperador le desagradaba la pintura, podría optar por un legado de un millón de sestercios: Tiberio eligió el cuadro sin vacilar. También se cuenta que Tiberio, en un sacrificio, se sintió subitamente atraido hacia el muchacho que llevaba en incienso, y que lo violó sin molestarse en esperar que concluyese la ceremonia. Luego hizo lo mismo con su hermano, un flautista, y les hizo quebrar las piernas a ambos.
Se sabe que el pueblo romano creía firmemente en los rumores sobre la vida que llevaba el emperador en Capri (parece que lo apodaban "El Viejo Macho Caprino"), pero no se sabe a ciencia cierta si esos rumores eran verdaderos o inventados por sus muchos enemigos.
Tras la muerte de Nerón y Druso, nunca quedó bien en claro quién era el heredero de la posición de Tiberio. Quedaban tres miembros varones de la familia imperial aparte del propio emperador: su sobrino Claudio (a quién entonces nadie consideraba como posible sucesor por su supuesta estupidez), su nieto Tiberio Gemelo y su sobrino-nieto y nieto por adopción Cayo Calígula. Como hijo de Germánico, Calígula era el preferido por todos para ser el futuro emperador.
El 16 de marzo del 37, Tiberio cayó gravemente enfermo en una visita a la ciudad de Miseno. Tácito cuenta que cayó en un coma profundo y que Calígula y Macro lo tomaron por muerto, tras lo cual el primero se autoproclamó emperador. No obstante, Tiberio despertó del coma, y Macro tuvo que asfixiarlo. El pueblo romano festejó su muerte y hubo una manifestación para impedir que su cuerpo fuese sepultado en la ciudad, que debió ser reprimida. Los romanos sentían que, con la muerte del odiado Tiberio y el ascenso al poder de un hijo del gran Germánico, comenzaba una etapa mejor. Muy pronto se darían cuenta de que Calígula era mucho peor que su antecesor.

jueves, 14 de junio de 2007

Tiberio (2ª parte)

Muy poco después del ascenso de Tiberio al poder, las legiones en Panonia y Germania se rebelaron contra el nuevo gobierno. El flamante emperador mandó a su sobrino e hijo adoptivo Germánico y a su hijo biológico Druso a sofocar el motín. Ambos lograron que los soldados depusieran su rebelión sin derramamiento de sangre, pero Germánico creyó necesario fortalecer la disciplina de las legiones germanas liderándolas en una nueva campaña al otro lado del Rin. La guerra contra los bárbaros fue exitosa, y Tiberio le concedió a Germánico un Triunfo en el año 17.
Pero el emperador desconfiaba profundamente de su popular sobrino, y lo mandó a Oriente en el 18, con la misma clase de mando político-militar que Agripa y él mismo habían ostentado. De ésta forma, Tiberio lo alejaba de sus contactos políticos en Roma mediante un aparente honor. Tal vez el emperador también esperaba que Germánico cometiera errores graves en Oriente, un escenario distinto y más complejo que Germania. Si Tiberio quería que su sobrino fracasase, se llevó una decepción: Germánico actuó con bastante eficacia, conquistando los reinos de Comagene y Capadocia y convirtiéndolos en provincias romanas. No obstante, se vio envuelto en una feroz lucha de poder con el gobernador de Siria, Gneo Calpurnio Pisón. Aparentemente Tiberio había ordenado a Pisón vigilar y controlar a Germánico, y Pisón lo hizo con demasiado celo.
Debido a eso, cuando Germánico murió en el 19, muchísimas personas sospecharon que Pisón lo había envenenado. Esas sospechas fueron alentadas por el propio Germánico, quién lo acusó en su lecho de muerte. Los partidarios de Germánico acusaron en Roma a Pisón y a su esposa Plancina del envenenamiento, pero nunca se pudo probar nada: Pisón se suicidó antes de la condena (aunque según algunas versiones fue asesinado por Tiberio tras amenazar con declarar al tribunal que había envenenado a Germánico obedeciendo órdenes del propio emperador) y Plancina fue absuelta gracias a su amistad con Livia.
En el año 23, Tiberio perdió a su segundo sucesor, su hijo Druso. Él estaba casado con su prima hermana Livila, hija de Druso, hermano de Tiberio (perdón por tantas aclaraciones, pero el árbol genealógico de la familia Julia-Claudia era muy enmarañado y muchos nombres se repetían), con quién tenía un hijo, Tiberio Gemelo, y una hija, Julia. No obstante, al morir Druso, los que parecieron ascender a las cercanías del trono imperial no fueron sus hijos sino los de Germánico. La madre de ellos era Agripina, hija de Julia y Agripa, por lo que los jóvenes eran biznietos de Augusto. Eran tres hijos y tres hijas: Nerón, Druso, Cayo (apodado Calígula), Julia, Agripinila y Drusila. Con Druso fallecido, muchos esperaban que Tiberio designase a alguno de los chicos heredero del trono.
No obstante, nadie contaba con la influencia de un personaje hasta entonces oscuro: el jefe de la Guardia Pretoriana Lucio Elio Seyano. Seyano era un hombre de origen humilde, pero que había sido adoptado por un miembro de la familia noble de los Elios, y que se había casado luego con Apicata, hija de un famoso millonario llamado Marco Apicio (según sus enemigos, había conseguido ambas cosas prostituyéndose a su padre adoptivo y a su suegro). Había sido designado comandante de la Guardia en el 15, y desde entonces se había convertido en el consejero de confianza de Tiberio. Fue él quién en el 17 o 18 convenció al emperador de establecer un cuartel para la Guardia fuera de la ciudad de Roma, aunque en sus cercanías, medida que tendría gran importancia en los siglos venideros.
Seyano se convirtió en el hombre más influyente de Roma después del propio Tiberio, pero él quería mucho más que eso: su verdadera ambición era convertirse en emperador a la muerte de Tiberio. Por supuesto, Agripina y sus hijos se interponían en su camino.
Las versiones son contradictorias en torno a su enfrentamiento. Hay quienes presentan a la viuda de Germánico como una víctima inocente, que tan sólo quería protegerse de las intrigas de Seyano, mientras que otras nos la muestran como tan ambiciosa e inescrupulosa como sus enemigos, en su afán por asegurar el ascenso de sus hijos al trono. Seyano tenía como aliada a Livila, la viuda de Druso, quién se había convertido en su amante. Más tarde se supo que el romance entre ambos había comenzado cuando Druso seguía vivo, y que ella lo envenenó para continuar sus relaciones con Seyano sin peligro.
En cualquier caso, Seyano hizo acusar de diversos crímenes, reales o inventados, a varios partidarios de Agripina, ejecutándolos u obligándolos a suicidarse. No se atrevió a atacar a la propia Agripina porque ella se había puesto bajo la protección de la todavía poderosa Livia, madre de Tiberio y viuda de Augusto.
En el 26, Tiberio se retiró a la isla de Capri, dejando el gobierno de Roma prácticamente en manos de Seyano. Los historiadores antiguos afirman que, en su retiro, el emperador se dedicó a las orgías más devastadoras. Más tarde daré los detalles escabrosos.
Cuando Livia murió en el 29, Seyano se vio libre para deshacerse de sus rivales. Con el apoyo de Tiberio, hizo acusar a Agripina y sus hijos Nerón y Druso de traición, y los desterró a distintas islas-prisiones. Nerón murió en el 30, aparentemente ejecutado tras un intento de fuga. Druso y Agripina murieron en el 33, y sus muertes fueron paradójicas: él murió de hambre debido a que sus guardias lo alimentaban mal y ella se suicidó por inanición.

miércoles, 13 de junio de 2007

Tiberio (1ª parte)

Tiberio Claudio Nerón fue el segundo emperador de Roma. Nació en noviembre del 42 a. C. y era hijo de Tiberio Claudio Nerón y de Livia. En el 39, su madre se divorció de su padre para casarse con Cayo Julio César Octaviano. A los pocos meses ella dio a luz a un segundo hijo, quién fue llamado Décimo Claudio Nerón Druso y considerado legalmente hijo de su primer marido; no obstante, hubo muchos que sospecharon que su verdadero padre era Octaviano.
Se sabe poco de la infancia de Tiberio. En el 32 murió su padre y fue él, con apenas 9 años, quién tuvo la tarea de pronunciar el discurso fúnebre. En el 27, como se sabe, Octaviano recibió el título de "Augusto", tras lo cual terminó la etapa republicana y comenzó el Imperio; con ésto, los familiares del flamante princeps fueron muy beneficiados, entre ellos Tiberio. En el 24, a los 17 años, fue nombrado cuestor por Augusto. En el 20 fue enviado a Oriente bajo el mando de Marco Vipsanio Agripa, general y amigo de confianza de Augusto. Agripa y Tiberio trabajaron juntos con gran eficacia, logrando convertir a Armenia en un Estado cliente de Roma y recuperar los estandartes y prisioneros de guerra arrebatados por los partos a los derrotados ejércitos de Marco Licinio Craso y Marco Antonio.
En el 19 Tiberio se casó con Vipsania, la hija de Agripa y de su primera esposa Pomponia, hija de Tito Pomponio Ático, un famoso epicúreo, hombre de negocios y amigo de Cicerón. El mismo año fue nombrado pretor y mandado al frente de varias legiones para asistir a su hermano -o hermanastro- Druso en sus campañas en el norte de Europa. Tiberio y Druso actuaron conjuntamente y con gran éxito contra los bárbaros, repartiéndose las áreas de acción: Tiberio combatió en los Alpes y la Galia Trasalpina, mientras que Druso luchó en la Galia Narbonense y en Germania. En el 13 Tiberio regresó a Roma como cónsul, y ese mismo año Vipsania tuvo un hijo, Druso.
No obstante, al año siguiente las cosas cambiaron para mal. Agripa, suegro de Tiberio y yerno de Augusto, murió. Augusto -o tal vez Livia, una mujer inteligente y ambiciosa- decidió que su hija Julia, viuda de Agripa, debía volver a casarse, ésta vez con Tiberio. Así se fortalecerían los vínculos entre la familia Julia y la Claudia (parte de esa política de matrimonios entre Julios y Claudios fue la unión entre Druso y Antonia, la sobrina de Augusto, en el 16). Pero Tiberio estaba enamorado de Vipsania y no quería divorciarse de ella. Las presiones de su poderoso padrastro terminaron por forzarlo a casarse. El matrimonio no fue para nada feliz; Julia sólo le dio un hijo que murió joven, y luego le fue infiel sistemáticamente. Otro golpe durísimo para Tiberio vino cuando, en el año 9 a. C., su querido hermano Druso murió. Lo sobrevivieron su esposa Antonia y sus hijos Germánico, Claudio y Livila.
En el año 7 a. C., Tiberio fue reelecto cónsul. En el 6 se le concedieron los poderes de un tribuno de la plebe y se lo designó comandante de las legiones en Oriente. Pero, pese a todos éstos honores, Tiberio no era feliz. El fallecimiento de su hermano y el insoportable matrimonio con Julia eran factores de peso, así como Cayo y Lucio César, los hijos mayores de Julia y Agripa (y por ende nietos de Augusto), a quien cada vez más gente consideraba los futuros sucesores del princeps. Tiberio temía que los nietos de Augusto opacasen su figura y lo terminasen apartando de la sucesión, por lo que decidió que lo más digno era apartarse voluntariamente. De modo que renunció a sus cargos públicos y se retiró a la isla de Rodas.
Augusto no se sintió muy feliz ante la decisión de su yerno-hijastro. Probablemente es cierto que deseaba que Cayo y Lucio lo sucedieran como emperador en vez de Tiberio, pero no es menos cierto que en ese momento no los consideraba listos para hacerlo y que el alejamiento de Tiberio lo dejaba descolocado. Intentó retenerlo a su lado (llegando incluso a fingir estar enfermo para que Tiberio no zarpase), pero fracasó. Desde entonces sintió un gran resentimiento hacia Tiberio.
En el 2 a. C. Cayo y Lucio denunciaron los adulterios de su madre Julia -que no acompañó a Tiberio a Rodas- ante Augusto, quién reaccionó desterrándola. Tiberio pudo al fin divorciarse de ella. En el 2 d. C., Lucio César murió, dejando a Cayo como único heredero del trono imperial. Tras el destierro de su esposa, Tiberio había estado pidiendo a Augusto permiso para volver a Roma, pero el emperador se lo había negado (tal vez pensando que el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen). Al morir Lucio, Tiberio fue autorizado a regresar a Roma, pero sólo como ciudadano particular. Fue recién en el 4, cuando Cayo murió, que Augusto perdonó a Tiberio y lo nombró heredero conjuntamente con Agripa Póstumo, el hijo menor de Julia y Agripa. También Tiberio fue obligado a adoptar a su sobrino Germánico como heredero, pese a tener un hijo biológico, Druso.
En el 6 o 7, Póstumo fue misteriosamente desterrado. No se conoce el motivo exacto de una medida tan drástica por parte de Augusto; en la novela Yo, Claudio, de Robert Graves, se nos presenta su destierro como el resultado de un complot de Livia (a quién también se señala como envenenadora de sus hermanos Lucio y Cayo), quién consigue incriminarlo en dos intentos de violación. En cualquier caso, Tiberio se vio directamente beneficiado por la medida. Tácito y Dión Casio afirman que, en el año 13, Augusto visitó la isla-prisión donde estaba Póstumo y le prometió perdonarlo por su crímen -fuese cual fuese- y permitirle regresar a Roma. También insinuan que Livia y/o Tiberio envenenaron al emperador para impedirle llevar a cabo su supuesto plan. El caso es que Augusto murió en el 14. Muy poco después, Póstumo fue asesinado en su isla-prisión; Tiberio afirmó que la orden había sido del propio Augusto, que temía que su nieto fuese a causar problemas tras su muerte.
Con Póstumo muerto, Tiberio era el único sucesor posible. No obstante, la transferencia del poder no era algo tan sencillo como lo sería en los siglos venideros, al menos en términos oficiales. El de emperador no era un cargo con tales o cuales atribuciones, que pudiese ser transferido. Estaba compuesto por varios cargos, títulos y honores que debían ser otorgados por el Senado a Tiberio, como habían sido antes otorgados a Augusto. Tiberio fingió al principio resistirse a ocupar el rol de Augusto, afirmando que su edad -56 años- era demasiado avanzada como para gobernar el Estado eficazmente. Incluso llegó a sugerir que se dividiesen los poderes de Augusto, y que él recibiese parte de los mismos. El Senado se rehusó y le suplicó que aceptase. Uno de los senadores llegó a exclamar "¿Cuánto tiempo más permitiréis que el Senado continue sin cabeza?". Tiberio terminó aceptando y fue recibiendo los poderes de Augusto paulatinamente, aunque rechazó los títulos de "Augusto" y "Padre de la Patria". Así comenzó su reinado.

martes, 12 de junio de 2007

Las elecciones porteñas

Muchas cosas cambiaron desde la última vez que escribí sobre las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. Mauricio Macri decidió dejar de lado su proyecto de candidatearse a Presidente y pasar a un objetivo más modesto, pero quizá más prometedor: la Jefatura de Gobierno porteña. Jorge Telerman abandonó su actitud ambigua frente al gobierno de los Kirchner, aliándose con Elisa Carrió y convirtiéndose en el candidato de su Coalición Cívica en la Ciudad. Y Daniel Filmus continuó con su campaña, motorizada por Alberto Fernández.
En la primera vuelta de las elecciones, la lucha principal no fue entre Telerman y Macri o entre Filmus y Macri, pese a que supuestamente tanto Telerman como Filmus son de centroizquierda y Macri, de centroderecha. No, la lucha más salvaje y encarnizada fue entre Filmus y Telerman, que compartirían el mismo espacio ideológico. Con ésto quedó demostrado que lo suyo era una lucha más por el poder a las que estamos acostumbrados desde hace décadas. Y lo peor de todo es que, desde la óptica de la pura conservación del poder, al kirchnerismo le hubiera sido más útil aliarse a Telerman que dividir al electorado progresista con dos candidaturas. Al insistir con la candidatura de Filmus, los Kirchner obligaron a Telerman a aliarse con Carrió y romper casi cualquier posibilidad de acuerdo con el gobierno nacional.
El resultado fue que Macri consiguió un 46% en la primera vuelta, mientras que Filmus y Telerman conseguían un 23 y un 20% respectivamente. No cabe duda de que si Telerman hubiese sido el candidato oficialista, hubiese alcanzado en la primera vuelta un resultado mucho mayor que el que terminó logrando, y tendría chances reales de disputarle la segunda vuelta a Macri. Ahora hay un candidato 100% kirchnerista en el ballotage, pero que tiene pocas posibilidades de superar la abrumadora ventaja que le lleva Macri.
A menos que ocurra un auténtico milagro político, en vez de tener un aliado poco confiable en la Jefatura de Gobierno (algo malo para los Kirchner), ellos tendrán un adversario declarado (algo mucho peor). Si Macri gana, podrá agradecerle al gobierno tanto como a sus votantes.

lunes, 11 de junio de 2007

"Tiempo de vivir" (2005)

Tiempo de vivir nos cuenta la historia de Romain (Melvil Paupaud), un exitoso fotógrafo de 31 años cuya vida parece relativamente ordenada. Está en pareja desde hace varios años con Sasha (Christian Sengewald), un amigo de la infancia. Tiene una relación distante con sus padres y su hermana Sophie (Louise-Anne Hippeau), pero muy íntima con su abuela Laura (Jeanne Moreau).
Las cosas cambian cuando, en una sesión de fotos, sufre un desmayo. El médico le realiza unos análisis y descubre que tiene un cáncer imposible de operar. Le ofrece iniciar un tratamiento de quimioterapia para retrasar -no detener- el avance de la enfermedad, pero Romain se niega de plano, tras lo cual el doctor le da entre 3 meses y un año de vida.
A diferencia de la mayoría de los enfermos terminales, que buscan acercarse a sus parejas, amigos y familiares en sus últimos meses, Romain quiere desvincularse de ellos, tal vez para que lo extrañen menos. No sólo les oculta su enfermedad, sino que se pelea intencionalmente con Sasha, e insulta con crueldad a su hermana; sólo le cuenta la verdad a su abuela, según él la única capaz de comprenderlo “porque a ella también le falta poco para morir”. No obstante, sus perspectivas del futuro cambian cuando recibe una curiosa oferta de una mujer.
Se puede leer una entrevista al director, François Ozon, en éste link.
Escenas destacadas:
  • Romain aspira varias “líneas” de cocaína para animarse a contarle a su familia del cáncer, aunque finalmente no lo hace.
  • Tras la discusión entre ambos, Sasha abandona la cama que comparte con Romain y duerme en el sofá. Horas más tarde, Romain baja a hurtadillas y le toma varias fotos a su novio dormido.
  • Romain va a un lugar bastante original para pasar sus últimos momentos.
Calificación: 9.

domingo, 10 de junio de 2007

Programación de la semana del 10/6/2007

Lunes 11/6
Divina criatura
Europa europa - 1:40
Rosencrantz y Guildenstern han muerto
Film & Arts - 3:00
Rosencrantz y Guildenstern han muerto
Film & Arts - 10:00
La casa de las dagas voladoras
Cinecanal - 11:05
Mientras nieva sobre los cedros
Hallmark - 15:30

Martes 12/6
Mientras nieva sobre los cedros
Hallmark - 0:20
¿Sabes quién viene a cenar?
Film & Arts - 6:00
¿Sabes quién viene a cenar?
Film & Arts - 15:00
El engañoso verano del '68
Europa europa - 15:10
¿Sabes quién viene a cenar?
Film & Arts - 20:00
Hombre en llamas
FOX - 23:00
El Padrino III
Cinecanal - 23:45

Miércoles 13/6
Malcom X
Hallmark - 0:00
Hombre en llamas
FOX - 4:00
Star Wars - Episodio I: La amenaza fantasma
Cinecanal - 7:25
Hamlet
Europa europa - 10:00
Por siempre María Callas
Europa europa - 14:10
Hamlet
Europa europa - 16:00
Star Wars - Episodio I: La amenaza fantasma
Cinecanal - 17:30
Por siempre María Callas
Europa europa - 20:05
Tierra de los muertos
Cinecanal - 22:00

Jueves 14/6
Tierra de los muertos
Cinecanal - 3:10
Jefferson en París
Europa europa - 10:00
Matar a un rey
Europa europa - 14:10
Jefferson en París
Europa europa - 16:00
Rosencrantz y Guildenstern han muerto
Film & Arts - 17:00
La casa de las dagas voladoras
Cinecanal - 18:05
Matar a un rey
Europa europa - 20:10
Alfie
Cinecanal - 22:00

Viernes 15/6
Ray
Cinecanal - 0:00
Rosencrantz y Guildenstern han muerto
Film & Arts - 3:00
Star Wars - Episodio V: El Imperio contraataca
Cinecanal - 4:50
Rosencrantz y Guildenstern han muerto
Film & Arts - 10:00
Star Wars - Episodio VI: El regreso del Jedi
Cinecanal - 12:10

Sábado 16/6
Las cosas del querer
Europa europa - 0:00
Bridget Jones: al borde de la razón
Cinecanal - 13:40
¿Sabes quién viene a cenar?
Film & Arts - 15:00
Fernando I, rey de Nápoles
Europa europa - 15:00
Bridget Jones: al borde de la razón
Cinecanal - 22:00

Domingo 17/6
Kinsey
Cinecanal - 3:30
¿Sabes quién viene a cenar?
Film & Arts - 4:00
Star Wars - Episodio III: La venganza de los Sith
Cinecanal - 5:45
Saïd
Europa europa - 10:00
Mientras nieva sobre los cedros
Hallmark - 15:00
Saïd
Europa europa - 16:00

sábado, 9 de junio de 2007

Hércules y Ónfale

Tras asesinar a su huésped Ifito, los dioses castigaron a Hércules vendiéndolo como esclavo en Asia Menor. El héroe fue comprado por Ónfale, reina de Lidia, quién pagó al dios Hermes, que fue quién se hizo cargo de la transacción, 3 talentos de plata (o sea, unos 78 kilogramos). Hermes luego quiso entregar los 3 talentos a los hijos de Ifito, como compensación, pero su abuelo Eurito les prohibió aceptarlos.
Ónfale había estado casada con el rey Tmolo, y había heredado de él el trono de Lidia. Algunos autores afirman que ellos eran padres de Tántalo y abuelos de Pélope, aunque yo no lo considero muy probable, puesto que Hércules mismo era descendiente de Pélope. Tmolo, hijo de Ares, había intentado seducir a Arripe, una de las ninfas-cazadoras al servicio de Artemisa. Ante el rechazo de Arripe, Tmolo la violó. Entonces Arripe se ahorcó, no sin antes convocar a Artemisa para que la vengara. La diosa mandó un toro salvaje que atacó a Tmolo y lo empujó por un precipicio. Su hijo Teoclímeno lo enterró allí mismo y cambió el nombre de la montaña por el de Tmolo; una ciudad del mismo nombre fue edificada en sus laderas y permaneció allí hasta que fue destruida por un terremoto durante el reinado del emperador Tiberio.
Hércules sirvió a Ónfale con fidelidad y eficacia, librando a Lidia de los bandidos que la asolaban. La reina también tomó a Hércules como amante, y tuvo tres hijos con él. En Grecia se difundió el rumor de que la actitud del héroe hacia su dueña era tan servil que llegaba a vestirse de mujer y tejer con las esclavas de Ónfale, mientras ella se ponía su piel de león y esgrimía su maza y su arco. No obstante, el rumor era falso.
Lo que sucedió en realidad fue esto: un día en que Hércules y Ónfale visitaban las viñas de Tmolo, Pan -un dios pastoril, torpe y simpático- los vio desde una colina y se enamoró de la reina a primera vista. Al llegar a su destino, Ónfale y su esclavo-amante se entretuvieron intercambiando sus vestimentas. Así, Hércules se puso la delicada túnica púrpura y las sandalias doradas de la reina, mientras que ella se puso su piel de león. Luego, cuando llegó la hora de dormir, se acostaron en camas separadas, pues tenían previsto realizar al amanecer un sacrificio al dios Dionisio, quién curiosamente exigía a sus fieles la abstinencia sexual en las horas previas al ritual.
Pan logró entrar donde Hércules y Ónfale dormían, pero el lugar estaba completamente a oscuras. El dios, entonces, tanteó con delicadeza a los ocupantes de ambos lechos y al sentir la suave túnica de Ónfale creyó, con toda razón, que quién la usaba era ella. Entonces Pan se metió en su cama, pero antes de que hubiese podido siquiera abrazar a quién creía que era Ónfale, fue arrojado fuera de una patada. Ónfale encendió las luces, y cuando ella y Hércules vieron a Pan, magullado, en un rincón, rieron hasta las lágrimas. El dios, rencoroso, fue a todas las cortes de Grecia y les contó a los nobles la falsa historia de Hércules como “esclava” de Ónfale. Pan también ordenó que en lo sucesivo sus sacerdotes asistieran completamente desnudos a sus ritos.
Después de unos tres años de servidumbre, Hércules fue manumitido por Ónfale en agradecimiento por matar a una serpiente gigantesca que habitaba junto al río Ságaris y que destruía a los seres humanos y las cosechas. La reina lo mandó a Grecia cargado de regalos.

viernes, 8 de junio de 2007

"Basic" (2003)

Basic, estrenada en la Argentina con el título de Básico y letal, es un film que transcurre en una base militar estadounidense en Panamá. La película comienza con la voz en off de la protagonista, la capitana Julia Osborne (Connie Nielsen), hablando sobre la construcción del Canal. Ella cuenta que el Canal comenzó a ser construido por los franceses; según ella, la cantidad de trabajadores muertos era tan grande que era imposible enterrarlos (además, la visión de las tumbas desmoralizaba a los trabajadores supervivientes). Entonces, los franceses compraron una enorme cantidad de vinagre y colocaron allí todos los cadáveres, vendiéndolos a los médicos europeos. Y por un tiempo, esa fue su principal fuente de ingresos. "En este lugar siempre han tenido su propio estilo de lidiar tanto con los negocios como con la muerte", concluye Osborne.
Después de esa introducción, se nos muestra al sargento Nathan West (Samuel Jackson) y a los seis reclutas que está entrenando, Pike (Taye Diggs), Dunbar (Brian Van Holt), Kendall (Giovanni Ribisi), Mueller, Nuñez, y Castro, que están a punto de realizar un ejercicio en plena jungla utilizando municiones reales, mientras una devastadora tormenta azota la región. 17 horas después, West y sus hombres todavía no han regresado, por lo que se envía un helicóptero para averiguar qué les pasó. Al llegar, los tripulantes ven, azorados, a Dumbar saliendo de la jungla cargando a Kendall, que está herido e inconsciente, y perseguido por Mueller. Se intercambian disparos, y Dumbar mata a Mueller.
Kendall es llevado al hospital y Dumbar es arrestado e interrogado por la capitana Osborne. No obstante, Dumbar se niega a hablar con nadie, excepto algún ranger que no pertenezca a la base. El superior de Osborne llama entonces a su viejo amigo Tom Hardy (John Travolta), un ex ranger que se convirtió en investigador de la DEA, pero que fue suspendido por sospechas de corrupción. Osborne y Hardy deben trabajar juntos para resolver el caso y averiguar qué sucedió con West y los demás soldados. Sin embargo, al poco de hablar con Dumbar y con otros involucrados, se dan cuenta de que en la jungla se produjo un ajuste de cuentas entre West y sus hombres, y que muchos personajes encumbrados de la base están involucrados.
Escenas destacadas:
  • El método de Hardy para hacer hablar a Dumbar "sin decirle que es un ranger".
  • El "problema matemático" que le plantea West a Pike.
  • La vuelta de tuerca del final.
Calificación: 8,50

jueves, 7 de junio de 2007

Fragmento de "Los idus de marzo", de Thornton Wilder

Los idus de marzo, escrita en 1948 por el novelista y dramaturgo estadounidense Thornton Wilder (1897-1975), es un libro que me inspira una actitud ambivalente. Por un lado, el autor se toma demasiadas licencias para mi gusto con la Historia (sería demasiado largo enumerarlas). Por el otro, como novela es muy entretenida, profunda e ingeniosa. Está configurada como una serie de documentos -ficticios, por supuesto- escritos por varios personajes más o menos importantes en el período previo al asesinato de Cayo Julio César en el 44 a. de JC.
Este "documento" es de una carta del propio César a su amigo íntimo (no sé si es un personaje real o inventado) Lucio Mamilio Turrino, un hombre que, tras ser capturado y brutalmente torturado por los bárbaros en la Galia, se recluye en su villa en Capri. En sus misivas a Turrino, el dictador expone sus pensamientos y sentimientos más profundos.

Anoche, mi noble amigo, hice algo que no he hecho en muchos años: escribí un edicto; lo volví a leer; y lo hice pedazos. Soy culpable, pues, de una incertidumbre.
En estos últimos días he estado recibiendo informes absurdos y sin precedentes de los destripadores de aves y los investigadores de truenos. Por si era poco, los tribunales y el Senado han estado cerrados dos días porque a un águila se le ocurrió dejar caer una inmundicia en uno de sus vuelos sobre el Capitolio. Se me está acabando la paciencia. Por mi parte me he negado a realizar las ceremonias propiciatorias y a representar la parodia humillante del terror. Mi esposa y hasta mis sirvientes me han mirado estupefactos. Cicerón se ha dignado a prevenirme que debo transigir con las exigencias de la superstición popular.
Así, pues, anoche me senté y escribí el edicto que disolvía el Colegio de Augures y declaraba que en lo sucesivo ningún día habría de considerarse nefasto. Escribí y escribí explicando a mi pueblo los motivos de mi resolución. ¿Cuándo he sido más feliz? ¿Qué puede procurarnos mayor placer que la práctica de la honestidad? Mientras escribía, huían las constelaciones frente a mi ventana. Ya disolvía en mi pensamiento el Colegio de Vírgenes Vestales y desposaba a las hijas de nuestras principales familias, para que a su vez dieran hijos a Roma. Ya cerraba las puertas de los templos -de todos nuestros templos, con excepción de los de Júpiter- y precipitaba a los dioses a ese abismo de miedo y de ignorancia del cual surgieron, y a ese traicionero semimundo donde inventa la fantasía sus mentiras consoladoras. Hasta que llegó un momento en que hube de hacer a un lado todo lo escrito y volver a empezar. Y esta vez empezaba con el anuncio previo de que Júpiter no había existido nunca; de que el hombre está solo en un mundo donde no resuena otra voz que la suya: en un mundo que no es ni benigno ni hostil, sino sólo como él sepa hacerlo.
Pero, tras releer lo que había escrito, lo destruí.
Y lo hice, no por las razones de Cicerón; no porque la falta de una religión oficial pueda llevar la superstición a formas clandestinas y todavía más bajas (cosa que ya está sucediendo); no porque una medida tan extrema fuese a quebrantar el orden social, sumiendo al pueblo en la desesperación y en el espanto, como a un rebaño en medio de una tormenta de nieve. En cierta clase de reformas, las perturbaciones causadas por un cambio gradual son casi tan graves como las que provoca una alteración drástica. No, no fueron las posibles repercusiones del movimiento las que detuvieron mi voluntad y mi mano: fue una causa interior y totalmente mía.
En el fondo no estaba seguro de estar seguro.
¿Acaso sé con certidumbre que no hay una inteligencia que trasciende nuestras vidas, y que no existe misterio alguno en el Universo? Creo saberlo. ¡Qué felicidad, qué alivio tan grande sería poder declararlo así, con una convicción absoluta! En tal caso, hasta podría desear vivir eternamente. ¡Qué terrible y glorioso sería el destino del hombre si, carente de toda orientación y consuelo, se viera obligado a crear con la sustancia de sus entrañas el sentido de su existencia y a establecer las normas que rigieran su vida!
Tu y yo decidimos, hace tiempo, que los dioses no existen.
¿Recuerdas el día en que nos pusimos de acuerdo definitivamente sobre este punto y resolvimos explorar todas sus consecuencias, sentados en un acantilado en Creta, arrojando guijarros al mar y contando delfines? Hicimos entonces el voto de no permitir jamás que nuestras mentes dieran cabida a ninguna duda sobre este asunto. ¡Con qué infantil ligereza llegamos a la conclusión de que el alma se extingue con la muerte!
(La lengua inglesa no puede reproducir la fuerza de esta frase en el latín de César, cuya cadencia misma expresa la amargura del renunciamiento y del dolor. El destinatario de ésta carta debió comprender que César se refería aquí a la muerte de su hija Julia, esposa de Pompeyo, cuya pérdida fue la más terrible de su vida. Mamilio Turrino estaba con él cuando la noticia de esta muerte llegó a los cuarteles de César en Gran Bretaña.)
Yo no creía haber abjurado de todo el rigor de tales aseveraciones. Sin embargo, sólo hay un camino para saber lo que uno en realidad sabe, y ese camino es arriesgar, en un acto, las propias convicciones comprometiéndolas en una responsabilidad. Mientras elaboraba anoche el edicto, y al prever las consecuencias que acarrearía, me vi obligado, pues, a analizarme más estrictamente. Yo las afrontaría alegremente, persuadido de que la verdad no puede sino vigorizar al mundo y a todos cuantos lo habitan, con sólo tener la seguridad de estar seguro.
Pero una última vacilación detiene mi mano.
Debo cerciorarme de que ningún rincón de mi ser alienta, inadvertido, la sospecha de que pueda existir dentro del Universo, y más allá de él, una inteligencia que influye sobre la nuestra y condiciona nuestros actos. Porque si reconozco la posibilidad de este misterio, todos los otros vuelven a ser posibles; existen los dioses que nos han enseñado lo que es bueno, y que nos están mirando; existen las almas que ellos nos infundieron al nacer y que sobrevivirán a nuestra muerte, existen los castigos y las recompensas que dan sentido a nuestras acciones más insignificantes.
Sí, amigo mío: la vacilación es cosa insólita en mí, y sin embargo, en este momento vacilo. Bien sabes qué poco dado soy a la reflexión. Sean cuales fueren los juicios a que arribo, llego a ellos no sé cómo, pero instantáneamente. No soy amigo de la especulación, y desde la edad de 16 años he visto a la filosofía con impaciencia, como a un ejercicio intelectual atrayente pero estéril: cómoda evasión de los deberes que el vivir impone.
En cuatro dominios me parece advertir hoy, tanto en mi propia vida como en la vida que me rodea, la posibilidad del misterio.
Está en primer término el dominio erótico. ¿No habremos simplificado en demasía la explicación de todos estos fuegos que pueblan el mundo? Tal vez Lucrecio tenga razón, después de todo, y nuestro frívolo mundo no la tenga. Acaso en el fondo haya sabido yo siempre -aunque negándome a reconocerlo- que todo amor, y todos los amores, emanan de una fuente única, y hasta la inteligencia misma con que me planteo estos interrogantes, es una inteligencia despertada, alimentada e instruida por el amor, y nada más que por él.
Viene luego el dominio de la suprema poesía. La poesía es, sin duda alguna, la puerta principal por donde han entrado al mundo todas las cosas que más debilitan al hombre; en ella encuentra el consuelo fácil y las mentiras que halagan su ignorancia y su pereza. Nadie aborrece más que yo toda forma de poesía, salvo la más excelsa. Pero esta poesía sublime, ¿será simplemente la realización más alta de las aptitudes humanas o el fruto de una voz que viene de más allá del ser humano?
Debo referirme, en tercer término, a un particular instante que sobreviene en las crisis de mi enfermedad, en el cual entreveo la perspectiva de una sabiduría y de una felicidad superiores, que no debo descartar a la ligera. (Éste párrafo demuestra la ilimitada confianza que César tenía en su corresponsal, ya que habitualmente no admitía ninguna referencia a sus ataques de epilepsia.)
No he de negar, por último, que hay momentos en que mi vida entera y mis servicios a Roma me parecen estructurados por una fuerza ajena a mi propio ser. Bien podría ocurrir, amigo mío, que fuese yo el más irresponsable entre los irresponsables, y que me hubiese sido dada, tiempo atrás, la facultad de atraer sobre Roma las peores calamidades que puede sufrir un Estado, por el mero designio de una Inteligencia Superior que me habría escogido para ese objetivo, precisamente por mis flaquezas antes que por mis virtudes. Porque es cierto que yo no reflexiono, y no sería imposible que el proceso instantáneo de mi entendimiento fuese sólo la manifestación de mi daimon interior, en realidad extraño a mí, en el que hubieran encarnado los dioses el amor que tienen a Roma; de un daimon que mis soldados adoran y al que reza el pueblo todas las mañanas.
Hace unos días te escribí lleno de arrogancia. Te decía entonces que, como no buscaba la buena opinión de nadie, no me interesaba el consejo de hombre alguno. No obstante, acudo a tí en busca de consejo. Medita sobre estas cosas y prepárate para revelarme todo tu pensamiento en abril.
Yo, en tanto, seguiré observando todo lo que ocurra dentro y en torno mío, en especial el amor, el destino y la poesía. Ahora advierto que he estado planteándome estos problemas toda mi vida. Pero uno no sabe lo que sabe -ni siquiera lo que desea saber- hasta que lo desafían y se ve obligado a hacerle frente.
He aquí que ahora me desafían. Roma exige que me multiplique una vez más. Me queda poco tiempo.