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sábado, 14 de abril de 2007

Adios a la monarquía

El quinto rey de Roma, sucesor de Anco Marcio, era un nativo de la ciudad etrusca de Tarquinia llamado Lucumo. Parece que a Lucumo, por ser hijo de un corintio, le habían impedido ocupar magistraturas en Tarquinia, por lo que fue instado por su esposa Tanaquil a probar fortuna en el Lacio. Al llegar a Roma en su carroza, un águila le quitó el sombrero y luego lo volvió a poner sobre su cabeza; Tanaquil lo interpretó como signo de que en esa ciudad su marido alcanzaría grandes honores.
Lucumo cambió su nombre a Lucio Tarquinio (luego recibió el sobrenombre de Priscus, "el Viejo", para distinguirlo de su nieto tocayo) y, siendo un hombre inteligente y cosmopolita, se ganó el respeto y la admiración del pueblo y de los nobles. El rey Anco Marcio decidió adoptarlo como hijo, pese a que tenía ya vastagos biológicos. Al morir Marcio en el 616 a. de JC., Tarquinio convenció a las Asambleas y al Senado de nombrarlo rey en vez de a los hijos de Marcio.
Como rey, Tarquinio Prisco le dio a los romanos las dos cosas que más apreciaban: obras públicas y victorias militares. Construyó el Circo Máximo y el Foro y comenzó a construir la Cloaca Máxima y el templo de Júpiter en el Capitolio. Repelió exitosamente una invasión sabina y conquistó unas siete ciudades etruscas. Además, incorporó varias familias nobles de otras ciudades y regiones al Senado y al patriciado, entre ellas la de los Octavios (antepasados del emperador Augusto). Si bien, al igual que sus antecesores, trató al Senado con respeto y consideración, pidiendo y aceptando sus consejos con frecuencia, adoptó las vestimentas y protocolo de los reyes etruscos absolutistas. Fue él quien instituyó el Triunfo, un desfile militar celebrado por los generales victoriosos.
Tarquinio Prisco hubiera podido tener un reinado pacífico de no haber sido por el hecho de que era obviamente un usurpador. Los hijos de Marcio, que habían estado rumiando su odio durante años, terminaron por asesinarlo en el 579 a. de JC. Pero Tanaquil, que había utilizado su don profético para predecir la muerte de su esposo, maniobró para evitar el ascenso de los hijos de Marcio al trono, logrando que Servio Tulio fuese designado su sucesor.
El origen de Servio Tulio es bastante oscuro. Según Tito Livio, su madre era reina de una de las ciudades de Etruria conquistadas por Tarquinio Prisco. La reina fue capturada y entregada a Tanaquil como su esclava personal, pero fue bien tratada en el palacio. Su hijo fue criado junto a los de Tarquinio y Tanaquil, y al llegar a la adultez se convirtió en yerno del rey.
Otra versión, mencionada por el emperador Claudio -que fue un experto en historia etrusca y uno de los últimos en hablar fluidamente su lengua- en uno de sus discursos al Senado, afirma que Tulio era un simple soldado etrusco llamado Mastarna, que luchó a las órdenes del general romano Celio Vibena. Tras la derrota y muerte de Celio, Mastarna asumió la jefatura de su ejército y lo llevó a Roma, donde se estableció como ciudadano y cambió su nombre a Servio Tulio. Tanaquil se dio cuenta de que Tulio era un hombre de valía e hizo que Tarquinio Prisco lo nombrara senador y patricio y que lo casara con su hija. Casi todos los historiadores consideran que la versión de Claudio es probablemente la más cercana a la verdad.
Como rey, Tulio realizó varias reformas políticas y militares. Fue él quien realizó el primer censo, creó el sistema de clases (que otorgaba los mayores derechos políticos a los ciudadanos con más propiedades), amplió el llamado pomerium -límite sagrado de la ciudad- para incorporar a Roma las siete colinas que la rodeaban y construyó la Muralla Servia, que se mantuvo en pie hasta el 390 a. de JC.
Para conseguir el trono, Tulio había debido pasar por encima de los derechos de los descendientes de Anco Marcio, pero también de los de Tarquinio Prisco. Intentando apaciguarlos, Tulio los casó con sus hijas. No obstante, al final eso no fue una protección suficiente. Fue despuesto y asesinado en el 535 por Lucio Tarquinio, que según algunos era hijo y según otros nieto de Prisco. En el coup d'etat participó Tulia, hija de Tulio y esposa de Tarquinio, quien debía odiar mucho a su padre, pues pasó con su carroza sobre su cadáver. El lugar donde hizo esto fue llamado después Vicus Sceleratus (Calle de la Infamia). Muchos otros senadores partidarios de Tulio fueron también asesinados.
Tarquinio no fue un rey tan tiránico como después se creyó. Completó la construcción de la Cloaca Máxima y del templo de Júpiter en el Capitolio. Fue él quien adquirió los libros proféticos de la sibila de Cumas, que fueron utilizados durante siglos por los sacerdotes romanos. Y dejando de lado su sangriento ascenso al trono y el incidente de Lucrecia, que contaremos a continuación, no hubo grandes actos de crueldad durante su reinado. En realidad, el motivo por el cual fue derrocado fue su forma utilizar el poder. Tarquinio no solo tenía la pompa de un rey etrusco, sino que gobernaba como uno, por lo que recibió el sobrenombre de Superbus ("El Soberbio").
Lo que sucedió con Lucrecia en el 510 fue, para la nobleza, la gota que desbordó el vaso. La leyenda cuenta que en un banquete del cual participaban Sexto Tarquinio y Lucio Tarquinio Colatino, hijo y sobrino del rey respectivamente, alguien se puso a hablar de la virtud de las mujeres. Un poco borrachos, los comensales decidieron salir a la calle y espiar por la ventana de sus casas para ver qué estaban haciendo sus esposas. Así descubrieron que sus esposas habían aprovechado su ausencia para reunirse en casa de una de ellas y celebrar su propio banquete, con abundancia de comida y alcohol. Sólo hubo una excepción, la joven Lucrecia, esposa de Colatino, quien se quedó en su casa tejiendo.
Sexto Tarquinio, tal vez enamorado de Lucrecia, tal vez envidioso de su primo Colatino, fue a su casa al día siguiente e intentó seducirla. Al negarse la virtuosa Lucrecia, la violó. Ella sintió que lo que le había pasado era una deshonra, por lo que tras reunir a los hombres de su familia y contarles todo, se apuñaló en el pecho.
Uno de sus parientes era Lucio Junio Bruto. Su hermano había sido uno de los senadores partidarios de Tulio asesinados al ascender Tarquinio el Soberbio al trono. Temiendo por su vida, Lucio Bruto había fingido ser un poco retrasado mental (así ganó el sobrenombre de Brutus, que significa "estúpido" en latín), con lo que consiguió evitar la desconfianza de Tarquinio y sus hijos. Éstos fueron con él al oráculo de Delfos, en Grecia, para preguntarle a la pitonisa quien sería el próximo rey de Roma. Ella les dijo que el próximo en tomar el poder sería el primero que abrazase a su madre. Bruto interpretó esto como que debía abrazar a la madre Tierra, y fingió caer al suelo para poder cumplir la profecía.
Al enterarse de la violación de Lucrecia y presenciar su suicidio, Lucio Bruto decidió que había llegado su momento. Tomó como arma el puñal con el que se había matado su parienta y, junto a Colatino, salió al Foro. Allí sublevó al pueblo al contarle la tragedia, y logró que Tarquinio el Soberbio y sus hijos huyeran de Roma.
Bruto después reunió a los ciudadanos y les hizo jurar solemnemente que nunca más dejarían que nadie fuera rey en Roma. Luego se creó la institución del consulado, que tenía todos los poderes que antes habían pertenecido al rey, pero que se ejercía en forma dual y duraba un año. Los primeros cónsules fueron Bruto y Colatino, que ocuparon el cargo en el 509 a. de JC.
Posteriormente, los hijos de Lucio Bruto, Tito y Tiberio, se aliaron en secreto con el exiliado Tarquinio el Soberbio para restaurar la monarquía, pero fueron traicionados por el esclavo y amante de Tiberio, un tal Víndex. Los hijos de Lucio Bruto fueron juzgados en el Senado, donde varios pidieron que se los perdonara. Pero Bruto exigió su ejecución, lo que decidió a la Cámara a hacerlos decapitar.

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