La película Sin destino está basada en una novela homónima escrita en 1975 por Imre Kertész, escritor húngaro que ganó el Nobel de Literatura en el 2002. Es acerca de Gyuri, un adolescente judío de 14 años cuya vida es destruida por el régimen filonazi de Hungría. Primero su padre es enviado a un "campo de trabajo" alemán. Gyuri obtiene un pase-salvoconducto para trabajar, lo que le permite postergar por un tiempo el inevitable momento en el que él será también enviado a Alemania. Efectivamente, Gyuri termina arrancado de su amada Budapest y mandado a Auschwitz, para luego ser derivado a Buchenwald y Zeitz, dos campos más pequenos, casi "provincianos" (esa es la palabra que utiliza Gyuri, con acidez, para definirlos), donde verá -y verán los espectadores, a través de sus ojos- las miserias y (ocasionales) grandezas de los guardias y prisioneros.
Debo confesar algo: en los últimos años las películas sobre la Shoá me tienen un poco harto. No es que no me gusten, pero tanta profusión de films agobia, lo mismo que el hecho de que todas quieran contar todo el Holocausto (es por eso que practicamente todas duran 2 horas o más). No obstante, ésta consiguió mantenerme atrapado. Durante las 2 horas y 15 minutos que tardó en finalizar, no me pude levantar de mi sillón. Un detalle llamativo es que nada más y nada menos que Daniel Craig (el nuevo James Bond) aparece en un par de escenas al final de la película.
Creo que merece un 10.
1 comentario:
Ridículo, si te tienen harto no las veas y mucho menos las comentes, total tus comentarios de la película son muy superficiales, de kinder.
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