
La película empieza cuando Brian Slade (Jonhatan Rys-Meyers, que saltó a la fama unos años después al protagonizar Match point), el ídolo pop del momento, es asesinado en un concierto. Unas 24 horas después se descubre que Slade simuló su propia muerte para vender más discos. Su popularidad decae con rapidez y termina volviendo al anonimato.
En 1984, al cumplirse el aniversario de la no-muerte de Slade, el periodista Arthur Stuart (Christian Bale) recibe el encargo de averiguar qué es de la vida de ese artista supuestamente olvidado. Arthur fue fanático de Slade en su adolescencia, y al investigarlo desde sus inicios hasta el engaño que lo llevó al final de su carrera, revive esa época en la que veía la abierta bisexualidad de su cantante favorito como una invitación a la libertad. Para reconstruir la imagen de Slade, Arthur entrevista a su primer representante, a su ex esposa (Toni Colette) y finalmente a Curt Wild (Ewan McGregor), su socio musical y amante. La relación profesional y sentimental entre Brian Slade y Curt Wild parece estar basada en la que tuvieron David Bowie e Iggy Pop en los ’70.

La pondría al film un 8,50.
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